feminismo archivos - Reinvención profesional, emprendimiento y productividad
Pinkwashing y Greenwashing, o cómo sacar tajada de las causas ajenas

Pinkwashing y Greenwashing, o cómo sacar tajada de las causas ajenas

¿Alguna vez habías oído estas palabras antes? ¿Pinkwashing? ¿Greenwashing? Pues hoy vengo a contarte qué significan estos conceptos y como tenemos que tener cuidado de que nadie nos venda la moto utilizando causas sociales para hacerse un lavadito de imagen o sacar tajada. Allá vamos.

El Greenwashing o en español «lavado verde» o «lavado de imagen verde» y el Pinkwashing «lavado rosa» o «lavado de imagen rosa»  son conceptos que se han creado para referirse a cuando una persona o empresa utiliza las luchas sociales por el medioambiente o cuestiones de género, para lavar su imagen y hacer dinero. A lo mejor no se te ocurre de qué manera esto puede suceder, si esto es así no te preocupes porque en este artículo voy a darte algunos ejemplos.

¿Cómo identificar el Pinkwashing?

Seguramente alguna vez hayas visto algo similar a esto:

¿Cuál es el problema? Pues te diré qué es lo que pasa… ¿Crees que alguno de estos productos, en su mayoría ultraprocesados ampliamente reconocidos como perjudiciales para la salud e incluso potencialmente cancerígenos, realmente se preocupan por la problemática del cancer de mama? Ejem… Déjame decirte que lo dudo muchísimo. ¿Por qué hace entonces estas campañas? Es muy sencillo, Octubre es considerado mundialmente el mes para dar visibilidad y crear concienciación sobre el cáncer de mama y todas estas empresas pensaron «uy, qué buen filón, si ponemos un lacito rosa venderemos muchas más unidades apelando a la solidaridad de la gente, así que ¿qué más da que donemos 25 céntimos por cada unidad vendida? Seguirá compensándonos económicamente, quedaremos de puta madre e igual a la gente se le olvida un poco lo malos que son para la salud los productos que vendemos».

¿Qué te parece amigui? A mí sinceramente me parece un asco.

Pinkwashing es cuando empresas que jamás hablan de feminismo, o igualdad de género, te petan la bandeja de entrada de tu email con ofertas en el día de la mujer trabajadora con eslóganes tipo «te lo mereces mujer». ¿El qué me merezco? ¿Tener que hacer huelga y no consumir? Claro que sí, así que déjame en paz y no me vendas la moto.

Pinkwashing es cuando un partido político habla de feminismo o de defensa del colectivo LGTB pero cuando le conviene se junta a lo más rancio de lo rancio para ganar votos. Ejem, Ciudadanos, ejem, que lo hemos visto todos. Y no digo que Ciudadanos no tenga estos valores, solo digo que muestra una gran incoherencia cuando hace estas cosas. Ojalá dejase de juntarse a los rancios para que no pudiésemos acusarles de esto. Aunque su feminismo liberal también atufa bastante, pero eso es harina de otro costal.

Pinkwashing es cuando en el mes en el que se celebra el día del orgullo, todos los productos, tiendas, cafeterías, lucen la bandera del arcoirirs cuando durante el resto del año, no tienen ningún interés por defender los derechos de este colectivo. Cuando en sus políticas de empresa no hay nada que refiera a la paridad ni asegure la igualdad para sus trabajadores o facilite la vida a aquellos que pertenezcan a estos colectivos discriminados.

Pinkwashing es cuando vamos a las tiendas de ropa que todos conocemos y vemos miles de camisetas con eslóganes feministas que quieren aprovechar la concienciación social para hacer caja. Si quieres una camiseta así, hay un montón de proyectos que sí son abanderados de estas causas sociales y que tienen unos diseños chulísimos. Aquí te dejo algunos que he encontrado, pero te aseguro que hay un montón, si quieres una camiseta feminista Amancio no es la mejor opción:

Algunos ejemplos de camisetas feministas que no son solo un slogan

Las culpass: «Somos una marca de ropa reivindicativa y moda feminista labrada bajo los valores de autogestión, la producción ética, el upclycing, la slow fashion y el compromiso social.Con el feminismo como leitmotiv y la idea de que llegue a todas partes, trabajamos en ediciones limitadas desde nuestro pequeño estudio y showroom en Murcia.»

Monstruoespagueti: CONTRIBUYE a ayudar a ONGs en la lucha contra el hambre; MEJORA la emancipación y los derechos de las mujeres en Bangladesh; PARTICIPA activamente en obras de caridad; FINANCIA la atención médica en un hospital; PROTEGE a los niños del trabajo, respetando la edad mínima; MEJORA y FINANCIA el reciclaje de las aguas usadas de tinte.»

Utoopy: «Las camisetas feministas solidarias “Girls Matter” se suman al movimiento Girls Get Equal de Plan International, para que cada niña del mundo sea vista, oída y valorada en condiciones de igualdad.»

Hay un montón más y no solo de moda, sino de cualquier otra cosa, por ejemplo un montón artistas que honran estos movimientos desde sus valores y no para hacer dinero. Y no digo que todas las marcas o proyectos tengan que ser abanderados de esta causa, pero si no lo eres, no lo uses como moneda de cambio cuando te conviene.

¿Qué es el Greenwashing?

Pues como te imaginarás es algo muy parecido, pero en este caso utilizando como reclamo que el producto es más natural o que es menos perjudicial para la salud o el medioambiente. Como ves aquí entran en juego varios factores, pero seguro que te suena haber visto u oído reclamos publicitarios como «libre de tóxicos» (no me digas!! es que los tóxicos están prohibidos, si no no lo podrías vender) o «100% natural» (no nos confundamos, lo natural no siempre es mejor que lo sintético, el cianuro es natural y mata) o certificados como «bio» o «ecológico» que te garantiza ciertos estándares de producción pero no que el producto no haya recorrido medio mundo, con el impacto ambiental que eso conlleva, para que tu puedas ecológicamente disfrutarlo.

 

Sin duda una de las industrias que más está dando que hablar con respecto a la sostenibilidad es la de la moda. El concepto de fast-fashion (tendencia de consumir ropa de forma casi compulsiva, atendiendo a modas pasajeras y comprando y desechando prendas cada temporada) ha hecho que muchos se echen las manos a la cabeza debido tanto al consumo energético necesario para su producción, la sobreexplotación de las materias primas, las malas condiciones laborales que abaratan costes y la inmensa cantidad de residuos que se producen.

¿Quién defiende sus valores y quién se hace un lavado verde de cara?

Como oposición al fast-fashion ha surgido el movimiento slow fashion que aboga por prendas duraderas y de calidad, con una producción sostenible que tratan de minimizar al máximo el consumo de energía y la producción de residuos. Hay marcas dedicadas exclusivamente a fabricar y comercializar ropa sostenible como Cusbarcelona, Charlie Feist , ecoalf, Ifeelnut, Thought, People Tree, LifeGistFashion, Amour Vert y otras muchas.

Algunas empresas como Inditex con su gama Join life, o H&M con su línea Conscious, han comenzado a apostar por una producción más respetuosa utilizando materiales reciclados y algodón orgánico; estas empresas también premian a sus consumidores por llevar ropa vieja para reciclar, pero todos sabemos que estas buenas  prácticas no pueden ser aplicadas al 100% de su producción ya que sería prácticamente imposible que pudiesen mantener sus precios bajos. De verdad apreciamos el esfuerzo (en el caso de Zara esta campaña comenzó al documental «The true cost» en el que se denunciaban las terribles prácticas que se llevaban a cabo durante todo el proceso de producción de sus prendas, puedes verlo en Netflix, muy muy recomendado), sea cual sea el motivo, es bueno que se hagan cada vez más populares estas prácticas, ¿creo que es un lavado de imagen verde o que realmente la empresa quiere mejorar? Pues eso nunca podremos saberlo, pero lo que ha de importarnos sin duda es el resultado. Si los que consumimos de vez en cuando estas marcas buscamos y preguntamos en tienda por estas gamas, les estaremos haciendo saber que es esa parte de su producción lo que apoyamos. Nos te olvides nunca de que Tu dinero es tu voto y trata de comprar prendas duraderas solo cuando las necesites y no guiarte por las modas que te dicen que la ropa es prácticamente de usar y tirar.

Igual pasa con las cafeterías, el reclamo de café orgánico está hasta en la sopa, pero hay algunas, como aquí en UK la cadena Pret a Manger, que te rellena tu botella de agua reutilizable aunque no consumas, que han puesto grifos a disposición de todo el mundo en muchos de sus establecimientos, y que te descuentan 50 céntimos de tu consumición si llevas tu propio termo para el café evitando los vasos de un solo uso. Así sí 🙂

Podríamos hablar de estos temas en casi cualquier industria, desde supermercados, marcas de calzado o cosmética donde marcas como Lidl, Adidas o Hourglass se están poniendo compromisos a menos de cinco años a reducir packaging de plástico, hacer sus productos a partir de plástico reciclado o convertir su marca 100% en vegana.

Como veis hay mucha tela que cortar en lo que refiere a todo esto, pero lo que no se nos puede olvidar nunca, que el poder lo tenemos nosotros como consumidores. El otro día fui a Natura a comprar un regalo y cuando iba a pagar me dice la chica «¿quieres una botella de agua solidaria por un euro más?» Miro la botella de plástico de Fontbella que una ONG pretende que paguemos para recaudar fondos para no sé qué y le digo «de plástico no, gracias» WTF?? Natura, ¿qué congruencia tiene eso con vuestros valores de marca? NINGUNO!

En fin, un tema interminable del que podría seguir y seguir poniendo ejemplos hasta el infinito y más allá. Por hoy voy a dejarlo aquí porque me encantaría que me dejases tú alguno en los comentarios aquí abajo.

Espero que este artículo te haya resultado interesante.

¡Nos leemos, te mando un abrazo enorme!

Suscríbete y recibe acceso inmediato a la masterclass "Claves para evitar el estrés laboral"

* campo obligatorio
Condiciones
Lo que tu crítica dice de ti

Lo que tu crítica dice de ti

Tengo una debilidad y creo que me viene por parte de padre, me encanta mirar a la gente, no lo puedo evitar. Mirada curiosa, mirada adivinatoria, mirada imaginativa, ¿a veces mirada crítica? Probablemente sí. Cuando voy en el metro, cuando camino por la calle, me encanta observar a la gente, sus similitudes y sus diferencias. En Londres además es mucho más satisfactorio que en Valladolid, porque la variedad y la multiculturalidad lo hacen mucho más interesante.

Sin embargo, me he cazado a mí misma en más de una ocasión, lanzando críticas bastante condescendientes a los demás, dejando a un lado esa curiosidad benigna y dando paso a la condescendencia y la envidia. Normalmente cuando hablamos u opinamos negativamente a cerca de otras personas es una de dos, porque pensamos que lo que están haciendo no está bien y nos encantaría decirles como hacer las cosas «bien», es decir, a nuestra manera, o bien porque ellos hacen cosas que nosotros no hacemos y a pesar de que hayamos racionalizado un porqué no las hacemos, a menudo es una falta de coraje que ellos sí tienen.

Os pondré algunos ejemplos, seguro que alguno os resultará familiar:

«mira cómo va vestida esa chica, no se da cuenta de que esos pantalones le quedan fatal y se le marca toda la celulitis?» «fíjate en -la pareja x- dicen que su hijo duerme con ellos y van de listos diciendo que no come gominolas, se creerán que son mejores padres», «mira el tío que va ahí sentado en el metro, va de traje y maletín como si fuese un gran banquero y seguro que es un mindundi que trabaja de comercial», «¿sabes que fulanito ha dejado su trabajo para montarselo por su cuenta? se creerá que es fácil, si fuese fácil lo haríamos los demás».

¿Os suena? ¿alguna vez habéis oído estos comentarios salir de la boca de alguien o resonar en vuestra propia cabeza? Os voy a proponer hacer el ejercicio de intentar cambiar estos pensamientos cuando los veamos venir, en modo efecto boomerang, para que se vayan por donde llegan:

«mira cómo va vestida esa chica, no se da cuenta de que esos pantalones le quedan fatal y se le marca toda la celulitis?»  -> «ves, todas tenemos celulitis, tengo que intentar dejar de preocuparme por ello y disfrutar más poniéndome lo que me dé la gana. Me alegra ver a esa chica que se acepta, voy a intentar hacer yo lo mismo y ser más feliz».

«fíjate en -la pareja x- dicen que su hijo duerme con ellos y van de listos diciendo que no come gominolas, se creerán que son mejores padres» -> «si ellos lo hacen de forma diferente y parecen convencidos de estar haciéndolo bien ¿por qué será? ¿estaré yo equivocado? no quiero que me vean como a un raro, pero igual es cierto que no dar gominolas a un niño tiene sentido… tengo que investigar eso más».

«mira el tío que va ahí sentado en el metro, va de traje y maletín como si fuese un gran banquero y seguro que es un mindundi que trabaja de comercial»  ->«me pregunto dónde trabajará este hombre, igual es un comercial o igual es uno de los hombres más ricos del mundo… Qué curioso que gente con vidas tan diferentes parezcamos tan similares, aunque me pregunto quién de los dos sería más feliz, el comercial o el millonario».

«¿sabes que fulanito ha dejado su trabajo para montarselo por su cuenta? se creerá que es fácil, si fuese fácil lo haríamos los demás»  -> «joe fulanito, qué valiente, si no fuese porque me da miedo yo haría lo mismo, estoy harto del trabajo ¿será muy difícil? a ver si le doy la enhorabuena y le pregunto sobre sus planes».

 

¿Notáis alguna diferencia entre ambos discursos? ¿Esa diferencia dónde está? Aquí está la clave, la diferencia no está fuera de nosotros, ya que esas personas a las que vemos, de las que hablamos o en las que pensamos son exactamente iguales, pensemos lo que pensemos de ellas. A fulanito no eres tú ni tu opinión quién le hace pretencioso o valiente, al fin y al cabo, tu opinión no le afecta. La diferencia no está en ellos, sino en nosotros, pero para llegar a este segundo tipo de juicio hay que entrenar un poco la autoexploración y aceptar que no tenemos la verdad absoluta ni la fórmula del éxito. Y os confieso que a pesar de lo que creamos, es una experiencia liberadora.

Esto también es importante. Pensamos que cuando criticamos a otros el mal lo reciben ellos y no nos damos cuenta de que esa crítica destructiva, esa visión negativa del mundo solo impacta en nosotros mismos. El criticar a los demás es en realidad un sobre esfuerzo de reafirmación personal. Sin embargo, no hay experiencia en la vida que aporte más paz que admitir nuestros fallos y nuestras debilidades y dejar de pretender que todo está bien, que no tenemos miedos y que cuando alguien hace algo diferente son ellos los que cometen un error.

El otro día posteaba en facebook –podéis leerlo aquí– como he decidido personalmente hacer la campaña #mujerpoderosa. Consiste en cada vez que fije mi mente en una mujer desconocida, voy a intentar decirme la frase «es una mujer poderosa» y pensar en como todas tenemos nuestras luchas diarias e intentamos siempre hacer las cosas lo mejor que podemos dentro de nuestras posibilidades. Quiero pensar eso de todas ellas, es más, elijo pensar eso. Y eso, como diría Villaseca «no te lo creas, verificalo», me empodera, me da seguridad en mí misma y me hace sentir más positiva y feliz.

Otro truco que he probado y que me ha encantado ha sido pensar en que las personas que me encuentro por la calle podrian ser mis familiares cercanos. Cuando me cruzo con alguien y un pensamiento negativo pasa por mi mente, pienso ¿y si fuese mi madre/padre/hermano? Ese sentimiento es muy poderoso también. Este argumento apela la empatía de una forma bestial. En el metro de Londres hay carteles para fomentar el buen trato a los empleados por parte de los ciudadanos, en los que se ven niños pidiendo que traten bien a sus padres. Me parece un mensaje muy bueno, como dice Gemma Fillol, el marketing de las emociones. Yo misma lo he utilizado en clase para explicar a mis alumnos cómo no tienen que reirse de nadie por hablar con un acento extranjero, intentando hacerles ver que ya que el 80-90% de sus familias vienen de fuera, no se sentirían sentirían bien si alguien se riese de su madre o de su padre en el trabajo por no hablar bien inglés o por tener acento… la expresión de sus caras ante este argumento cambia de forma radical, os lo prometo.

Por esto te invito a que te unas a mis campañas personales y me cuentes qué notas, cómo te sientes. Recuerda:

#mujerespoderosas #podríasermifamilia

¡Nos leemos!

Reserva ya tu plaza

Taller Online Gratuito

¡Reinvéntate!

Apúntate y recibirás acceso al taller en directo y la grabación por si no puedes asistir

Ya casi está :) Tienes un email, ¡Confirma que eres tú!