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Pinkwashing y Greenwashing, o cómo sacar tajada de las causas ajenas

Pinkwashing y Greenwashing, o cómo sacar tajada de las causas ajenas

¿Alguna vez habías oído estas palabras antes? ¿Pinkwashing? ¿Greenwashing? Pues hoy vengo a contarte qué significan estos conceptos y como tenemos que tener cuidado de que nadie nos venda la moto utilizando causas sociales para hacerse un lavadito de imagen o sacar tajada. Allá vamos.

El Greenwashing o en español «lavado verde» o «lavado de imagen verde» y el Pinkwashing «lavado rosa» o «lavado de imagen rosa»  son conceptos que se han creado para referirse a cuando una persona o empresa utiliza las luchas sociales por el medioambiente o cuestiones de género, para lavar su imagen y hacer dinero. A lo mejor no se te ocurre de qué manera esto puede suceder, si esto es así no te preocupes porque en este artículo voy a darte algunos ejemplos.

¿Cómo identificar el Pinkwashing?

Seguramente alguna vez hayas visto algo similar a esto:

¿Cuál es el problema? Pues te diré qué es lo que pasa… ¿Crees que alguno de estos productos, en su mayoría ultraprocesados ampliamente reconocidos como perjudiciales para la salud e incluso potencialmente cancerígenos, realmente se preocupan por la problemática del cancer de mama? Ejem… Déjame decirte que lo dudo muchísimo. ¿Por qué hace entonces estas campañas? Es muy sencillo, Octubre es considerado mundialmente el mes para dar visibilidad y crear concienciación sobre el cáncer de mama y todas estas empresas pensaron «uy, qué buen filón, si ponemos un lacito rosa venderemos muchas más unidades apelando a la solidaridad de la gente, así que ¿qué más da que donemos 25 céntimos por cada unidad vendida? Seguirá compensándonos económicamente, quedaremos de puta madre e igual a la gente se le olvida un poco lo malos que son para la salud los productos que vendemos».

¿Qué te parece amigui? A mí sinceramente me parece un asco.

Pinkwashing es cuando empresas que jamás hablan de feminismo, o igualdad de género, te petan la bandeja de entrada de tu email con ofertas en el día de la mujer trabajadora con eslóganes tipo «te lo mereces mujer». ¿El qué me merezco? ¿Tener que hacer huelga y no consumir? Claro que sí, así que déjame en paz y no me vendas la moto.

Pinkwashing es cuando un partido político habla de feminismo o de defensa del colectivo LGTB pero cuando le conviene se junta a lo más rancio de lo rancio para ganar votos. Ejem, Ciudadanos, ejem, que lo hemos visto todos. Y no digo que Ciudadanos no tenga estos valores, solo digo que muestra una gran incoherencia cuando hace estas cosas. Ojalá dejase de juntarse a los rancios para que no pudiésemos acusarles de esto. Aunque su feminismo liberal también atufa bastante, pero eso es harina de otro costal.

Pinkwashing es cuando en el mes en el que se celebra el día del orgullo, todos los productos, tiendas, cafeterías, lucen la bandera del arcoirirs cuando durante el resto del año, no tienen ningún interés por defender los derechos de este colectivo. Cuando en sus políticas de empresa no hay nada que refiera a la paridad ni asegure la igualdad para sus trabajadores o facilite la vida a aquellos que pertenezcan a estos colectivos discriminados.

Pinkwashing es cuando vamos a las tiendas de ropa que todos conocemos y vemos miles de camisetas con eslóganes feministas que quieren aprovechar la concienciación social para hacer caja. Si quieres una camiseta así, hay un montón de proyectos que sí son abanderados de estas causas sociales y que tienen unos diseños chulísimos. Aquí te dejo algunos que he encontrado, pero te aseguro que hay un montón, si quieres una camiseta feminista Amancio no es la mejor opción:

Algunos ejemplos de camisetas feministas que no son solo un slogan

Las culpass: «Somos una marca de ropa reivindicativa y moda feminista labrada bajo los valores de autogestión, la producción ética, el upclycing, la slow fashion y el compromiso social.Con el feminismo como leitmotiv y la idea de que llegue a todas partes, trabajamos en ediciones limitadas desde nuestro pequeño estudio y showroom en Murcia.»

Monstruoespagueti: CONTRIBUYE a ayudar a ONGs en la lucha contra el hambre; MEJORA la emancipación y los derechos de las mujeres en Bangladesh; PARTICIPA activamente en obras de caridad; FINANCIA la atención médica en un hospital; PROTEGE a los niños del trabajo, respetando la edad mínima; MEJORA y FINANCIA el reciclaje de las aguas usadas de tinte.»

Utoopy: «Las camisetas feministas solidarias “Girls Matter” se suman al movimiento Girls Get Equal de Plan International, para que cada niña del mundo sea vista, oída y valorada en condiciones de igualdad.»

Hay un montón más y no solo de moda, sino de cualquier otra cosa, por ejemplo un montón artistas que honran estos movimientos desde sus valores y no para hacer dinero. Y no digo que todas las marcas o proyectos tengan que ser abanderados de esta causa, pero si no lo eres, no lo uses como moneda de cambio cuando te conviene.

¿Qué es el Greenwashing?

Pues como te imaginarás es algo muy parecido, pero en este caso utilizando como reclamo que el producto es más natural o que es menos perjudicial para la salud o el medioambiente. Como ves aquí entran en juego varios factores, pero seguro que te suena haber visto u oído reclamos publicitarios como «libre de tóxicos» (no me digas!! es que los tóxicos están prohibidos, si no no lo podrías vender) o «100% natural» (no nos confundamos, lo natural no siempre es mejor que lo sintético, el cianuro es natural y mata) o certificados como «bio» o «ecológico» que te garantiza ciertos estándares de producción pero no que el producto no haya recorrido medio mundo, con el impacto ambiental que eso conlleva, para que tu puedas ecológicamente disfrutarlo.

 

Sin duda una de las industrias que más está dando que hablar con respecto a la sostenibilidad es la de la moda. El concepto de fast-fashion (tendencia de consumir ropa de forma casi compulsiva, atendiendo a modas pasajeras y comprando y desechando prendas cada temporada) ha hecho que muchos se echen las manos a la cabeza debido tanto al consumo energético necesario para su producción, la sobreexplotación de las materias primas, las malas condiciones laborales que abaratan costes y la inmensa cantidad de residuos que se producen.

¿Quién defiende sus valores y quién se hace un lavado verde de cara?

Como oposición al fast-fashion ha surgido el movimiento slow fashion que aboga por prendas duraderas y de calidad, con una producción sostenible que tratan de minimizar al máximo el consumo de energía y la producción de residuos. Hay marcas dedicadas exclusivamente a fabricar y comercializar ropa sostenible como Cusbarcelona, Charlie Feist , ecoalf, Ifeelnut, Thought, People Tree, LifeGistFashion, Amour Vert y otras muchas.

Algunas empresas como Inditex con su gama Join life, o H&M con su línea Conscious, han comenzado a apostar por una producción más respetuosa utilizando materiales reciclados y algodón orgánico; estas empresas también premian a sus consumidores por llevar ropa vieja para reciclar, pero todos sabemos que estas buenas  prácticas no pueden ser aplicadas al 100% de su producción ya que sería prácticamente imposible que pudiesen mantener sus precios bajos. De verdad apreciamos el esfuerzo (en el caso de Zara esta campaña comenzó al documental «The true cost» en el que se denunciaban las terribles prácticas que se llevaban a cabo durante todo el proceso de producción de sus prendas, puedes verlo en Netflix, muy muy recomendado), sea cual sea el motivo, es bueno que se hagan cada vez más populares estas prácticas, ¿creo que es un lavado de imagen verde o que realmente la empresa quiere mejorar? Pues eso nunca podremos saberlo, pero lo que ha de importarnos sin duda es el resultado. Si los que consumimos de vez en cuando estas marcas buscamos y preguntamos en tienda por estas gamas, les estaremos haciendo saber que es esa parte de su producción lo que apoyamos. Nos te olvides nunca de que Tu dinero es tu voto y trata de comprar prendas duraderas solo cuando las necesites y no guiarte por las modas que te dicen que la ropa es prácticamente de usar y tirar.

Igual pasa con las cafeterías, el reclamo de café orgánico está hasta en la sopa, pero hay algunas, como aquí en UK la cadena Pret a Manger, que te rellena tu botella de agua reutilizable aunque no consumas, que han puesto grifos a disposición de todo el mundo en muchos de sus establecimientos, y que te descuentan 50 céntimos de tu consumición si llevas tu propio termo para el café evitando los vasos de un solo uso. Así sí 🙂

Podríamos hablar de estos temas en casi cualquier industria, desde supermercados, marcas de calzado o cosmética donde marcas como Lidl, Adidas o Hourglass se están poniendo compromisos a menos de cinco años a reducir packaging de plástico, hacer sus productos a partir de plástico reciclado o convertir su marca 100% en vegana.

Como veis hay mucha tela que cortar en lo que refiere a todo esto, pero lo que no se nos puede olvidar nunca, que el poder lo tenemos nosotros como consumidores. El otro día fui a Natura a comprar un regalo y cuando iba a pagar me dice la chica «¿quieres una botella de agua solidaria por un euro más?» Miro la botella de plástico de Fontbella que una ONG pretende que paguemos para recaudar fondos para no sé qué y le digo «de plástico no, gracias» WTF?? Natura, ¿qué congruencia tiene eso con vuestros valores de marca? NINGUNO!

En fin, un tema interminable del que podría seguir y seguir poniendo ejemplos hasta el infinito y más allá. Por hoy voy a dejarlo aquí porque me encantaría que me dejases tú alguno en los comentarios aquí abajo.

Espero que este artículo te haya resultado interesante.

¡Nos leemos, te mando un abrazo enorme!

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Tendencias a examen: El minimalismo

Tendencias a examen: El minimalismo

Con esta entrada inauguramos sección en el blog. En este apartado que he decidido titular «tendencias a examen» hablaremos de algunas corrientes que se han extendido en los últimos años para conocer un poquito más de ellas, analizaremos sus pros y sus contras para ser capaces, como siempre intentamos, de elegir nuestras opciones desde la consciencia y la mirada crítica.

El minimalismo, como casi todas las corrientes, surge por oposición a la tendencia opuesta que es el consumismo extremo y la acumulación; y aunque es importante hacer hincapié en que el minimalismo y el consumo responsable no son inseparables, lo cierto es que todo aquel que no se adhiere a la corriente minimalista por algo más que pura moda, suele incluir entre sus motivos la toma de responsabilidad a la hora de consumir. Sin embargo, quería hacer esta puntualización porque ni todo el que se considera minimalista consume responsablemente, ni toda persona que trata de ser cauta en su consumo, se considera a sí misma minimalista.

El minimalismo apuesta por reducir nuestras pertenencias a lo mínimo que nos permita vivir con comodidad y felicidad, tratando de vaciar nuestras vidas de pertenencias innecesarias que en ocasiones nos provocan incluso hasta caos mental. Es el extremo opuesto a la acumulación. Seguro que a día de hoy conoces a la gurú del orden Marie Kondo que hace unos años se hizo famosa a nivel mundial con su libro La magia del orden y ahora tiene incluso un documental en Netflix en el que ayuda a familias a vaciar sus casas de objetos inservibles para lograr ambientes más ordenados en los que podamos sentirnos más en calma y sepamos exactamente qué tenemos y para qué lo tenemos.

Sin duda la publicación de Kondo es una de las que más ayudó a la popularización del minimalismo. Sin embargo la tendencia ha llegado mucho más allá.  Pasamos de cajones ordenados en los que puedes ver toda la ropa que tienes de un simple vistazo a personas que deciden vivir con un total de menos de 100 pertenencias. Porque cada vez que surge una tendencia hay quien decide indagar en dónde están los límites.

Los motivos para adoptar un modo de vida minimalista pueden ser muchos: ser responsable con el consumo debido al impacto medioambiental que este tiene; dejar de gastar recursos innecesariamente por una cuestión de economía personal; cambio de prioridades de consumo por ejemplo, cambiar la acumulación de objetos por la acumulación de experiencias; gusto por la estética minimalista; búsqueda de paz mental, el minimalismo ayuda a eliminar ruido mental y distracciones… Como ves las motivaciones pueden ser muy diversas. Y además de motivos diversos, también hay aplicaciones diversas, ya que el minimalismo puede llevarse tanto a nuestras pertenencias materiales (ropa, elementos decorativos de la casa, utensilios de cocina, libros, papeles y recuerdos…), como a nuestras pertenencias digitales e incluso a nuestras relaciones personales. La base siempre es la misma, quita de tu vida aquello que no es útil o te aporta felicidad y así conseguirás que tu tiempo se centre en lo verdaderamente importante.

Referente a este tema, quería recomendaros el documental de Netflix titulado Minimalism. Sus creadores son dos hombres que se hacen llamar a sí mismos The minimalists (Los minimalistas) y que se dedican a promover este estilo de vida. El documental me pareció realmente interesante y aunque no comulgo con todo lo que en él aparece, me gustó mucho la visión panorámica que se da de esta filosofía de vida y cómo se establecen lazos con el mindfulness o incluso con tener una alimentación más consciente.

Otra corriente con la que sin duda se puede vincular el minimalismo es la corriente de residuo cero #zerowaste. Como ya te expliqué en este artículo: #residuocero ¿Por dónde empezar? este movimiento trata de reducir al máximo la producción de residuos, aunque en este caso sí tiene un motivación principalmente medioambiental. Aunque a priori parezca que ambos movimientos van totalmente ligados, resulta que un pequeño porcentaje de las personas que siguen la tendencia minimalista lo están haciendo por una cuestión de gusto estético, o también están aquellos que disfrutan de tener un menor número de pertenencias pero no dudan en reemplazar rápidamente lo que tienen por algo nuevo que se comprar desechando constantemente aquellos objetos que ya no satisfacen sus necesidades o deseos. Al igual que no todo aquel que hace limpieza en su armario o se declara fan de tener un armario cápsula, se está posicionando en contra del fast-fashion, pero de esto ya hablaremos en otra ocasión. Como veis, también existe la otra carta de la moneda y es importante considerar ambas si queremos tomar buenas decisiones.

Espero que esta explicación os haya desvelado algo y os hayáis creado vuestra propia opinión al respecto. Ahora para terminar, yo voy a daros la mía. Desde mi punto de vista, el minimalismo es una tendencia que se ha popularizado trayendo consigo una determinada corriente estética, que hace que para muchas personas no sea más que una moda temporal que resulta atractiva. No nos olvidemos de que los estilos de vida también son modas pasajeras para algunas personas y digo esto como un hecho, sin ningún tipo de connotación moralista. Sin embargo, para aquellas personas a las que les gusta profundizar un poco más en los porqués de estas corrientes, sí creo que el minimalismo tiene algo que aportar, aunque yo creo más en un minimalismo moderado que en aquel que hace que nos preocupemos en tener un inventario de nuestras pertenencias y ajustar estas a las mínimas que nuestra supervivencia nos permita. Para mí un minimalismo moderado atiende a ser responsables de nuestro consumo, a fomentar el no «tener por tener » ni el «comprar por comprar»; usar lo que ya tenemos, deshacernos de lo que nos estorba a la vista y a la paz interior e intentar reducir el apego a ciertas cosas materiales que en realidad no tienen un valor en sí mismas, solo el que nosotros le damos.

Yo he tirado muchas cosas que creía que eran importantes para mí, pero que sin embargo llevaba sin usar, o sin mirar, años. Y nunca volví acordarme de ellas, ni mucho menos las eché en falta, con lo cual me di cuenta de que ese vínculo sentimental que yo creía tener en realidad no lo era tanto. Pero también os digo que nunca me fuerzo a deshacerme de algo que me provoca una emoción positiva. Cuando hay algo sobre lo que tengo dudas, lo dejo un tiempo en stand by, porque sé que si es algo de lo que en un futuro no me importará deshacerme pero ahora no me siento cómoda haciéndolo, me digo a mí misma «no hay ninguna prisa, ya se irá cuando tenga que irse, si es que ese momento llega».

A día de hoy, tras haber liberado mi vida de acumulaciones, os puedo decir que sí creo que esto tiene un impacto muy positivo a nivel emocional, al menos lo tiene para mí y para todo aquel con el que he hablado de este tema. Al fin y al cabo el orden a nuestro alrededor nos aporta orden mental. Cuando trabajo en una mesa ordenada, trabajo mejor; cuando en esa mesa hay pocas cosas, trabajo mejor; cuando tu ambiente de trabajo te resulta estéticamente agradable también trabajas de mejor humor, te sientes más tranquilo y eso siempre hace que tus resultados sean mejores.

Como decía antes, sí creo que hay gente que se ha unido al carro del minimalismo por moda. En mi opinión esto no es ni más ni menos criticable que adherirse a cualquier otra tendencia. Es cierto que cuando un movimiento tiene potencialmente el poder de remover conciencias y hacernos un poquito más responsables, es una lástima que no se le saque partido. Sin embargo, los que se unen de este modo no le hacen al mundo ni más ni menos daño que el que le harían si no se uniesen, así que puede hacerse «minimalista-sin-principios» todo el que quiera. Tu coherencia es tuya y te la f***** cuando quieres 😛 Al igual que el que va un burguer y se pide la hamburguesa vegana para ser el más guay de sus amigos y subir una foto a Instagram. Me importa un pito… Una hamburguesa de carne menos que se consume!

Bueno, espero que esta entrada te haya resultado interesante. Mi asignatura pendiente con todo este tema es, sin duda, dedicarle un poco de tiempo a hacer decluttering digital y librarme de un montón de morralla que tengo en el móvil y en el ordenador. Pero apuesto a que no soy la única… jeje 😉

¡Te mando un fuerte abrazo, nos leemos!

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La dieta vegetariana: porqués y mitos.

La dieta vegetariana: porqués y mitos.

Empecemos con un pequeño disclaimer. Yo no vengo aquí a hablaros de nutrición, no soy nutricionista. Tampoco soy ingeniera agrónoma, ni estadística, ni bióloga, ni científica de ningún tipo. Sí me considero filósofa, por lo que del dilema ético si me creo con autoridad suficiente para hablar. Pero ya sabéis que la filosofía, en este caso la rama de la ética, no os dirá lo que está bien o mal, de eso se encarga la moral y ahí ya os dejo a cada uno con la vuestra ;).

Hoy en día el vegetarianismo está en la boca de todos. Unos lo llevan como bandera de su estilo de vida, mientras otros lo critican apelando mayoritariamente a la naturaleza del ser humano como animal omnívoro. Pero ¿cuáles son los porqués detrás de una persona que decide hacerse vegetariana/ovolacteovegetariana, es decir dejar de comer carne y pescado, o vegana/vegetariana estricta (deja de consumir cualquier producto de procedencia animal, no solo en su alimentación)? Vamos a verlo:

Medio ambiente, sostenibilidad: Me voy a apoyar en el libro de Lucía Martínez, Vegetarianos con Ciencia, en el que cita maravillosamente todas las fuentes -y más- que necesitamos saber para entender de qué estamos hablando. Ella, citando un informe de la FAO (organización de las naciones unidas para la Alimentación y la Agricultura) y la ONU, titulado La larga sombra del ganado nos narra:

«La producción pecuaria es una de las causas principales de los problemas ambientales más apremiantes del mundo, como el calentamiento del planeta, la degradación de las tierras, la contaminación atmosférica y del agua y la pérdida de la biodiversidad. Con una metodología que contempla la totalidad de la cadena del producto, el informe estima que el ganado es responsable del 18% de las emisiones de gases que producen el efecto invernadero, un porcentaje mayor que el del transporte».

Además, como nos cuenta Lucía, la FAO ha resuelto que el ganado genera el 65% del óxido nitroso de procedencia humana (con casi 300% más potencial de calentamiento global que el CO2, 37% del metano y 64% de amoniaco contribuyendo de forma significativa a la lluvia ácida. Estos son solo algunos datos, que a los que nos preocupa el medioambiente probablemente hagan que se nos pongan los pelos de punta.

No han sido pocas las veces que he oído hablar de lo problemáticos que son los cultivos de soja y claro que lo son, pero no hay que olvidar que las producciones extensivas de soja se llevan a cabo para producir el pienso de todos estos animales, no como erróneamente se cree para hacer el tofu y la leche de los veganos.

 

Por otro lado la producción de carne es muy poco eficiente, como siempre le oigo a Ally, con el agua que cuesta producir una hamburguesa una persona podría ducharse durante un mes. Ahí es nada. Como publicó la revista Public Health Nutrition en 2014, para obtener un kilo de proteínas proveniente de alubias hacen falta 1/18 partes de tierra, 1 /10 de agua, 1/9 de combustible, 1/12 menos de fertilizante y 1/10 menos pesticidas que para producir un kilo de proteína de carne de ternera.

¿Y los peces? Creo que a día de hoy todos tenemos bastante claro lo que está pasando con el mar. El año pasado nos alertó la noticia de que al ritmo que vamos para 2050 habrá más plásticos que peces en el mar. La contaminación y los métodos de pesca invasiva están acabando con la mayor parte de los ecosistemas marítimos.

Animalismo: Como podréis imaginaros el otro motivo fundamental para tomar la decisión de hacerse vegetariano es la del respeto a los animales. En este punto quiero hacer diversas diferenciaciones. Por un lado podemos tomar en consideración los problemas éticos que se plantean de la Explotación animal. A nadie le pilla ya de sorpresa las aberrantes condiciones en las que se tienen a los animales en la industria ganadera donde sufren de hacinamiento, aislamiento, sobremedicación y maltrato para después trasladarlos al matadero en unas condiciones terribles sin luz y sin comida donde muchos incluso no sobreviven al viaje.

El dilema ético…

Sí, podemos también considerar como otra motivación dentro del animalismo la de aquellos que no se consideran en derecho natural de comerse a otros seres vivos. Esta postura ética, defiende que el ser humano puede usar su raciocinio para controlar sus instintos animales y mediante su avance y evolución encontrar los medios para poder vivir de una forma feliz y saludable sin imponerse a los animales, es decir sin comérselos ni subordinarlos a sus necesidades.

A esta postura ética, se opone la de aquellos que sí consideran que el ser humano por su racionalidad es superior de alguna manera al resto de especies animales y tiene el derecho natural a imponerse a ellas porque así se lo ha permitido su evolución. Los defensores de esta postura a menudo también defienden la ingesta de productos animales apelando como mencionábamos antes a la naturaleza omnívora del hombre.

Para este dilema, cada uno tiene que hacer introspección y decidir qué piensa al respecto. Lo que ya veo más difícil es decir ir en contra de los datos expuestos en los dos apartados anteriores.

Desmontando mitos… ¿Y la salud?

A día de hoy está ampliamente demostrado que la dieta vegana y vegetariana es apta y saludable para todas las etapas de la vida incluyendo el embarazo, la lactancia, la niñez y la vejez.

¿Es más sana la dieta vegetariana que la omnívora? Pues no, no necesariamente. Cualquier dieta puede ser sana o malsana, dependiendo de qué alimentos la compongan, por lo que cualquiera de ellas necesita ser apropiada.

¿Estoy diciendo aquí que todo el mundo deba ser vegetariano?

No, por supuesto que no. Yo a día de hoy que escribo esto estoy en transición (también lo fui durante 6 años hace bastante), pero durante la mayor parte de mi vida no lo he sido. Durante los últimos años he ido informándome más, concienciándome más, cambiando mi estilo de vida en muchas otras cosas, reduciendo residuos, comprando de cercanía, para mí todo está siendo una evolución y tampoco soy partidaria del todo o nada. Cada pequeño granito de arena, el sumarnos a la inciativa #loslunessincarne, o reducir de alguna manera nuestra ingesta ya será un pasito en la dirección correcta.

Para mí lo importante es no taparnos los ojos y pensar que en la ignorancia se vive mejor. Si quieres seguir comiendo carne hazlo, pero al menos sé consciente de sus implicaciones. Como siempre decimos, cada uno que tome la decisión que quiera, pero que lo haga de una forma consciente y no como resultado del dejarse llevar.

Como sabéis mi leitmotiv es limar las incoherencias internas que  hay entre mis valores y mi forma de vivir  y estar en el mundo, para mí esto forma parte de ese proceso, pero obviamente es un proceso personal y cada uno tiene que encontrar y ser coherente con el suyo propio. Eso sí, los datos a veces nos dan en toda la cara sin poderlo evitar.

Espero que esta artículo te haya resultado útil. En Internet tienes un montón de información sobre este tema, pero por favor, trata de ser crítico con la información. Como fuente principal os recomeiendo el libro de Lucía Martínez, Vegetarianos con ciencia. Al terminar cada uno de los capítulos tenéis una extensa relación con las referencias a todos los artículos científicos indexados que sustentan todo lo que dice con evidencia científica.

Me encantaría saber tu opinión sobre este tema, no dudes en hacérmela llegar.

¡Un abrazo y nos leemos!

Pd: Estén atentos a sus pantallas porque, especialmente si este artículo os ha resultado interesante, porque en breve abriré la suscripción para una formación en directo on-line, conmigo, y totalmente gratis. De nuevo os traigo un webinar del que podréis sacar mucho partido. Esta semana recibiréis noticias. Si no te quieres perder nada, apúntate a la Newsletter aquí, y te avisaré por correo.

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Cómo regalar con cabeza

Cómo regalar con cabeza

¡Diciembre! Hola ¿qué tal? Sin comerlo ni beberlo aquí nos hemos plantado, el último més del año, un mes lleno de luces, de olores ricos, de abrigos y bufandas y cómo no… de regalos 🙂

Lo prometido es deuda. En este artículo que publiqué hace algunas semanas, A qué votamos con nuestro dinero, os prometí que os daría algunas pistas sobre qué y cómo regalar esta Navidad para hacerlo de una forma más consciente, sostenible y de acuerdo con nuestros valores ¿empezamos?

*Disclaimer: En esta entrada hablo de cómo me gusta hacerlo a mí basado en mis valores personales. La mayoría de las personas que leen este blog tenéis unos valores y principios similares a los míos por eso pienso que esto te puede ser de utilidad. Si no es tu caso y no estás de acuerdo con mi forma de ver las cosas a este respecto, no pasa nada, en la diversidad está la alegría. Ignora este post y ve a otro que te resulte más interesante. Aquí te dejo la portada del blog para que puedas elegir un contenido que vaya más acorde contigo.

1. Regala experiencias/conocimiento. Sin duda, una de mis opciones favoritas es regalar a la gente experiencias que pueda disfrutar. Los objetos, hacen ilusión, pero muchas veces es mucho más satisfactoria la sensación que tenemos cuendo adquirimos algo nuevo que lo mucho o poco que disfrutamos el objeto en sí a lo largo de su vida útil. Especialmente, si no sabes qué regalar y temes caer en algo que acabará cogiendo polvo… regala una experiencia. Una cena, una entrada al teatro, un scape room, un viaje, un curso de cocina… Cualquier opción pude ser buena dependiendo de la persona. Sin embargo, esta opción tiene un contra: si la persona a la que regalas es un poco dejada y no está muy acostumbrada a hacer planes no te recomiendo que le compres una «caja experiencia» de estas que dan mil opciones. Yo misma tuve la experiencia de gastarme una pasta en una de estas cajas con la idea de que cuantas más opciones mejor y a los regalados les caducó la caja en una estantería. Por eso te digo, a veces es mejor ir a por algo concreto y darles fijada la fecha y la hora. Nadie los conoce mejorque tú.

 

2. Apoya lo local. Con esto me refiero a tener en cuenta no solo lo que compras sino también dónde lo compras.

¿Dónde compras? Dentro de las posibilidades y la economía, cada vez más evito comprar mis regalos en grandes cadenas. Por poner un ejemplo: en mi ciudad hay librerías preciosas, con libreros que aman tanto los libros como para haber querido montar su propio negocio y dedicar su vida a ello. Merecen mi total respeto y mi apoyo, por eso trato de comprarles a ellos cualquier libro que quiera tanto para mí misma como para regalar. Si no lo tienen me lo encargan y en dos días, ahí lo tengo.(Obviamente, yo no puedo hacer recomendaciones de tiendas en vuestras ciudades, esto dependerá de dónde viváis. Os voy a poner enlaces de Amazon a algunos artículos en esta entrada para que los tengáis como referencia, pero siempre será mejor si la compra se hace en una tienda local).

¿Qué compras? Ropa, libros, cosmética, joyería, papelería, juguetes… ¡Las marcas españolas lo están petando señores! Comprando a marcas españolas no sólo reducimos el impacto medioambiental de producción y transporte, sino que además activamos la economía del país y eso nos repercute a todos ¿a nadie le gustó la crisis, verdad? Muchas personas decidieron apostar por sus propios proyectos hace unos años y lo están haciendo muy muy bien. Démosles una oportunidad y acabemos con esa creencia de que lo que viene de fuera es mejor. Volviendo al ejemplo de los libros, el año pasado recibí y regalé 5 o 5 libros preciosos de ilustradoras españolas. Los compré y fueron comprados en tiendas independientes de mi ciudad, win-win, todos ganamos.

Si pones el cursor sobre las fotos te dará una breve descripción y si clicas en ella te llevará a la web correspondiente.

 

Lowlita & U Mia Mandarina Gemma Camblor y Esther Gili

Pompeii

 

3.¿Prácticas éticas y sostenibles? Este punto es difícil y controvertido. Probablemente sólo tengas esto en cuenta a la hora de comprar regalos si es algo que tienes en consideración cuando haces compras para ti mismo. Si ya lo haces o quieres empezar, aquí te dejo algunos trucos. Cuando quieras comprar algo planteate los siguientes puntos: 

– ¿lo necesitas realmente? El consumo más responsable, realmente, es el no consumo.  En la sociedad actual nos hemos acostumbrado a que podemos tener tantas cosas cómo queramos (cantidad vs. calidad). Los armarios de la gente se llenan con decenas de camisetas y pantalones (los más pudientes se los compran de marca, los menos en Primark, pero todos tenemos mucho más de lo que necesitamos. El impacto mediomabiental que tiene, primero la producción y más tarde la disposición, de todo ese material es ingente. Este punto no aplica siempre a la hora de hacer un regalo, pero si sois mañosos a lo mejor algo que hagáis con vuestras propias manos a veces puede ser el mejor regalo.

¿la empresa que lo produce/vende lleva a cabo prácticas éticas/sostenibles? Este punto requiere algo de investigación por nuestra parte, sin embargo, no tiene porque ser demasiado dificil de saber. Con prácticas éticas me refiero en concreto a si se cumplen o no los derechos laborales de los trabajadores en toda la cadena de producción y venta del producto. La sostenibilidad refiere al impacto medioambiental, tanto en la producción como en el transporte (de ahí la importancia de comprar producción de cercanía. A día de hoy esto es algo que no pasa demasiado frecuentemente por lo que cuando una empresa hace las cosas bien suele proclamarlo a los cuatro vientos. Si no tienes tiempo o ganas de investigar demasiado o te estás inciando con esto te recomiendo buscar marcas que sean conocidas por hacer las cosas bien, o veas que sus campañas publicitarias apuntan en esta dirección. Si vas un paso más avanzado te recomendaría que hicieses algo de investigación para comprobar que estas campañas de sostenibilidad no son puro marketing. Por ejemplo, marcas como Zara, adidas, H&M, New Balance… Tienen colecciones concretas con las que apoyan la producción sostenible o las causas medioambientales. Estas son una buena opción si quieres iniciarte en esto, pero si quieres ir un poco más allá y no quieres financiar a empresas que no lo hacen bien con su completo sistema de producción, tendrás que investigar un poco más.

Montezuma

Cus Barcelona

4.Premia la curiosidad pero no impongas. Este punto me parece bastante importante. Todos queremos que nuestros regalos gusten y nadie quiere convertirse en ese amigo que parece que se regala a sí mismo. Sin embargo, si alguien te ha preguntado alguna vez por algo que haces diferente y que le resulta interesante, aprovecha para hacerle un regalo relacionado con el tema. Por ejemplo, si sabes que alguno de tus amigos está intentando reducir su consumo de plástico y alguna vez te han sacado el tema, podrías regalarle un pack de inciación #residuocero con unas bolsitas de tela para comprar a granel, un cepillo de dientes de bambú, una botella de agua de acero inoxidable o una taza de café para llevar reutilizable. Sin embargo, lo que yo no te recomiendo hacer es ir con ese regalo a alguien que pasa olímpicamente del tema a ver si consigues que cambie de opinión. No sólo no les gustará el regalo sino que además pensarán que estás siendo condescendiente con ellos.

Espero que la entrada de hoy os haya gustado y resultado útil. Cuando publiqué el artículo sobre A qué votamos con nuestro dinero, recibí algunos mensajes privados diciéndome que esperaban la guía de compras con muchas ganas 🙂

Me despido no sin desearos un muy feliz diciembre. Por si estáis empezando a pensar en hacer balance del año y preparando vuestra lista de própositos de 2019, recordad que en Octubre os hablé de cómo hacer una lista de objetivos que sea cumplible.

¡Un abrazo fuerte! ¡Nos leemos!

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¡El paraíso del plástico! #residuocero ¿Por dónde empezar?

¡El paraíso del plástico! #residuocero ¿Por dónde empezar?

¿Sabías que se estima que en poco más de 30 años habrá más plástico que peces en los océanos? Es escalofriante ¿verdad? Otro de los datos que más me impactó conocer fue que desde que en los años 60 comenzaron a fabricarse cepillos de dientes, todos y cada uno de ellos aún existen ya que la mayoría de los plásticos a partir de los que están hechos tardan en degradarse entre 500 y 1000 años, por no decir que aquellos con una velocidad de degradación superior liberan en el proceso sustancias increíblemente tóxicas.

Os recomiendo muchísimos este documental de Netflix

Estos son solamente algunos ejemplos. La realidad, al menos de todas las personas con las que yo he hablado alguna vez sobre este tema, es que a todos nos importa en mayor o menos medida el medio ambiente. A cerca de esto hay distintas posturas, la de aquellos que valoran el medio ambiente y el planeta de forma absoluta, como algo que cuidar y conservar ya que no nos pertenece como especie, y la de los que opinan que es importante cuidarlo para que podamos seguir disfrutando de ello (tanto nosotros como futuras generaciones). En realidad hay pocas personas que opinen que es un tema que carece de importancia y que no den valor al problema más allá de cómo les afecte a ellos directamente en su día a día, sin embargo, haberlas las hay.

Por si os interesa mi posicionamiento, yo formaría parte del primer grupo. Independientemente de que sea indiscutible que el ser humano es la especie conocida con un mayor poder intelectual, no creo que eso implique que el planeta exista solo para estar a nuestro servicio. Desde mi punto de vista estamos aquí solamente como huéspedes y el hecho de que podamos imponer nuestra voluntad a la de otras especies (simplemente por el hecho de que otras especies ni siquiera podamos decir que tengan voluntad) no nos otorga el derecho natural de poner los recursos naturales a nuestro favor en detrimento del resto de la población del planeta. Esa es la teoría que más cuadra con mis valores.

Sin embargo, sean cuales sean los motivos que nos lleven a querer conservar el planeta lo mejor posible, el objetivo es común.

¿Qué sucede al llevarlo a la práctica?

Cuando uno comienza a tomar responsabilidad con los residuos que genera, casi todos pasamos por el proceso de aprender a reciclar. En España se hicieron campañas muy fuertes de concienciación de reciclaje, y tenemos la suerte de que en casi todas las ciudades y municipios se realizan recogidas de basuras separados. Normalmente encontramos contenedores para: residuos orgánicos, papel y cartón, vidrio, en ocasiones plásticos y envases (en Valladolid no la hay) y aceites usados (esta última fue la última en incorporarse y me parece un puntazo). Además, en casi todas las ciudades podemos encontrar a particulares que hacen campañas de recogida de tapones de plástico. Como servicio adicional la mayoría de ayuntamientos llevan a cabo servicios de recogida de pequeños electrodomésticos o incluso muebles.

El reciclaje es fundamental. Al reciclar estamos haciendo todo lo posible por tratar de dar una segunda vida útil a ese material que generó un gasto de energía para su producción, estamos evitando que se tenga que producir uno nuevo y además estamos evitando que ese material se convierta en un residuo. Pero ojo, ¡no tiene ningún sentido reciclar todo lo que pasa por nuestras manos, y luego no esforzarse en consumir productos fabricados a partir de materiales reciclados!

 

Sin embargo, desafortunadamente, el reciclaje no es la solución, especialmente cuando hablamos de los plásticos ¿Por qué? 1. La mayoría de los plásticos que utilizamos son de UN SOLO USO. Entre ellos envases innecesarios o bolsas de plástico. 2. La mayoría de los plásticos que sí son reciclables, no pueden ser reciclados más de una vez.

Entonces ¿qué podemos hacer? Muy sencillo, evitar en todo lo posible su consumo.

La vida sin plástico (es la vida mejor xD) es prácticamente imposible hoy en día. Seguro que muchos habréis oído hablar del #zerowaste o #residuocero. Desde estos movimientos se intenta concienciar a la gente para tender progresivamente a la menor generación de residuos posible. Como en casi todo, se puede hacer esto a muy diferentes niveles. Yo he visto gente que consigue generar los residuos (no reciclables) equivalentes al contenido de un bote de cristal de conservas por un período de dos meses. Eso es gente muy pro que poco a poco ha ido haciendo de esto su estilo de vida. Sin embargo, sin tener que llegar a eso necesariamente, todos podemos cambiar algunos hábitos que sin duda marcarán una gran diferencia. ¿os suena ver imágenes parecidas a esta?

 

 

Por desgracia seguro que sí, lo importante es plantearse ¿es esto necesario? Esta cuenta de Instagram, que os invito a seguir, publica fotos que le envían sus seguidores a modo de denuncia. En ella podréis ver fotos de piezas de fruta envueltas en plástico de forma individual ¡sin sentido!

Por si después de todo este rollo, te apetece hacer algo para sumar tu granito de arena a la lucha contra la avalancha del plástico, te voy a contar algunos de los cambios que se pueden introducir en un primer acercamiento:

 

  1. El más obvio: Reduce a cero la cantidad de bolsas de plástico nuevas que entran en tu casa. Lo ideal es, con el tiempo, dejar de usarlas, pero si ya las tienes re-úsalas todo lo posible sin crear demanda para que no se tenga que fabricar ni una más gracias a ti ¡Héroe! Una vez que las vayas agotando, fácil, pásate a las bolsas de tela 🙂
    1. * esto incluye las bolsas finitas de las fruterías a granel. Creemos que está prohibido ir a la caja del supermercado con cuatro manzanas sin bolsa en la cesta pero ¡Sorpresa! No es así. Casi ningún empleado te dirá nada al cobrarte, si necesitas pegatina, pónsela a una de las manzanas y listo (aquí también puedes usar bolsas de tela.
  2. Compra a granel todo lo que puedas. En España (suerte la vuestra) se han puesto muy de moda las tiendas a granel. En ellas podemos encontrar legumbres, cualquier tipo de cereal, pasta, arroces, especias… En algunas de ellas ahora incluso productos de higiene y cosmética. Desde mi punto de vista la pega que puede haber es que algunas de estas tiendas tienden a ofrecer productos ecológicos/orgánicos que hacen que suban los precios, pero no siempre es así.
  3. Cocina en casa. La comida para llevar, raramente viene servida en envases reciclables.
  4. Evita las botellas de plástico. Tanto las de agua mineral, como las reutilizables. Esta segunda opción es mejor que la primera obviamente, pero hoy en día hay multitud de opciones en el mercado para evitar el plástico, que además puede ser tóxico. Mis favoritas son las de aluminio ya que no pesan y conservan el agua fresquita, esta de amazon tiene buena pinta, aunque estas otras con el tapón de bambú son preciosas . 
  5. Si sueles tomar café para llevar, lleva tu propio termo o taza. Poco a poco las grandes ciudades se van adaptando a esto. Aquí en Londres, la mayoría de los establecimientos incluso ofrecen descuento en los cafés a los clientes que llevan su propia taza. Cuando yo trabajé en una cafetería pequeñita, hace ya cinco años, ya tenáimos clientes que venían por las mañanas con su propio termo para el café. Yo quiero una de estas, son muy guays.
  6. Que no te dé vergüenza pedir agua del grifo. Ese es una complejo muy español «cómo voy a pedir agua del grifo, se van a pensar que soy un ‘agarrao’ y que no quiero pagar un botellín de agua». Lo primero, qué piensen lo que quieran, pero sí de verdad te da mucho apuro, siempre puedes acompañar tu petición con un «estoy intentando reducir mi consumo de plástico», además de quedarte más ancho que largo estarás poniendo tu granito de arena en la conciencia social.
  7. Si tienes la opción, apuesta por el vidrio. En los supermercados hay muchos productos en los que tenrmos ambas opciones, envase de cristal o envase de plástico. Por ejemplo, es algo que yo veo a menudo cuando compro vinagre, aceite, postres lácticos, como el yogur. ¡Los envases de cristal siempre son mejor opción y además son reutilizables!
  8. Pásate a jabones en pastilla y di adiós a los líquidos. La oferta en el mercado tan amplia, que hasta podemos encontrar champú en pastilla. Seguro que la mayoría conocéis la marca de jabones Lush. Esta cadena inglesa está haciendo muchísimo por la concienciación medioambiental Hace poco abrieron su primera tienda 100% sin envases en Italia.Os dejo aquí un enlace a su campaña #lessplasticmorelush
  9. Pásate a los cepillos de dientes de bambú. Este paso ya es de un nivel más intermedio. Sin embargo, yo ya no me puedo lavar los dientes tranquila de otra manera. Supuestamente, nos recomiendan cambiar de cepillo de dientes cada tres meses aproximadamente… ¡4 cepillos de dietes al año! y ya tengo 32 primaveras…
  10. Si eres mujer, apuesta por la higiene íntima sostenible. Como me gusta dejaros recursos, aquí os dejo la web de Cyclo, está totalmente dedicada a este tema, tanto a productos como a formación. Realizan talleres y le están dando muchísima difusión a este tema tan interesante y del que tanto nos cuesta hablar.Él otro día leí a alguien en las redes sociales decir «no pruebo la copa menstrual porque me da asquete»… ¿No te da «asquete» pensar en los productos que utilizas desperdigados por los vertederos? Obviamente esto es una cuestión muy personal, pero por favor, no utilicemos argumentos tan vacíos. A mí personalmente, me llevó la friolera de unos dos años llegar a utilizar la copa menstrual de manera consistente desde que me hice con ella. Al principio te sientes insegura, claro, de igual modo que cuando tenías doce años y empezaste a usar tampones o compresas, pero con el tiempo te aseguro que sentirás una gran liberación. Menos cosas que comprar, y que llevar en el bolso; tener que cambiarte con una frecuencia menor, con lo cual yo hay días que me llego a olvidar durante 12 horas que tengo la regla… es una maravilla. Y sí, es segura, y sí, es higiénica. Si hay interés en este tema no me importaría dedicarle una entrada.  Hacedmelo saber.

Bueno, hasta aquí la entrada de hoy. Espero que os haya resultado interesante y que por favor me dejéis en los comentario cuáles son vuestros trucos para evitar el plástico. Seguro que entre todos aprendemos cosas nuevas. Además os animo a que busquéis grupos en facebook. Hay un llamado #zerowaste España, donde se dan un montón de trucos y opciones.

También quería agradeceros la acogida que ha tenido el lanzamiento de la web. He recibido un montón de visitas y eso motiva un montón.

¡Nos leemos!

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