Empecemos con un pequeño disclaimer. Yo no vengo aquí a hablaros de nutrición, no soy nutricionista. Tampoco soy ingeniera agrónoma, ni estadística, ni bióloga, ni científica de ningún tipo. Sí me considero filósofa, por lo que del dilema ético si me creo con autoridad suficiente para hablar. Pero ya sabéis que la filosofía, en este caso la rama de la ética, no os dirá lo que está bien o mal, de eso se encarga la moral y ahí ya os dejo a cada uno con la vuestra ;).
Hoy en día el vegetarianismo está en la boca de todos. Unos lo llevan como bandera de su estilo de vida, mientras otros lo critican apelando mayoritariamente a la naturaleza del ser humano como animal omnívoro. Pero ¿cuáles son los porqués detrás de una persona que decide hacerse vegetariana/ovolacteovegetariana, es decir dejar de comer carne y pescado, o vegana/vegetariana estricta (deja de consumir cualquier producto de procedencia animal, no solo en su alimentación)? Vamos a verlo:
– Medio ambiente, sostenibilidad: Me voy a apoyar en el libro de Lucía Martínez, Vegetarianos con Ciencia, en el que cita maravillosamente todas las fuentes -y más- que necesitamos saber para entender de qué estamos hablando. Ella, citando un informe de la FAO (organización de las naciones unidas para la Alimentación y la Agricultura) y la ONU, titulado La larga sombra del ganado nos narra:
«La producción pecuaria es una de las causas principales de los problemas ambientales más apremiantes del mundo, como el calentamiento del planeta, la degradación de las tierras, la contaminación atmosférica y del agua y la pérdida de la biodiversidad. Con una metodología que contempla la totalidad de la cadena del producto, el informe estima que el ganado es responsable del 18% de las emisiones de gases que producen el efecto invernadero, un porcentaje mayor que el del transporte».
Además, como nos cuenta Lucía, la FAO ha resuelto que el ganado genera el 65% del óxido nitroso de procedencia humana (con casi 300% más potencial de calentamiento global que el CO2, 37% del metano y 64% de amoniaco contribuyendo de forma significativa a la lluvia ácida. Estos son solo algunos datos, que a los que nos preocupa el medioambiente probablemente hagan que se nos pongan los pelos de punta.
No han sido pocas las veces que he oído hablar de lo problemáticos que son los cultivos de soja y claro que lo son, pero no hay que olvidar que las producciones extensivas de soja se llevan a cabo para producir el pienso de todos estos animales, no como erróneamente se cree para hacer el tofu y la leche de los veganos.
Por otro lado la producción de carne es muy poco eficiente, como siempre le oigo a Ally, con el agua que cuesta producir una hamburguesa una persona podría ducharse durante un mes. Ahí es nada. Como publicó la revista Public Health Nutrition en 2014, para obtener un kilo de proteínas proveniente de alubias hacen falta 1/18 partes de tierra, 1 /10 de agua, 1/9 de combustible, 1/12 menos de fertilizante y 1/10 menos pesticidas que para producir un kilo de proteína de carne de ternera.
¿Y los peces? Creo que a día de hoy todos tenemos bastante claro lo que está pasando con el mar. El año pasado nos alertó la noticia de que al ritmo que vamos para 2050 habrá más plásticos que peces en el mar. La contaminación y los métodos de pesca invasiva están acabando con la mayor parte de los ecosistemas marítimos.
– Animalismo: Como podréis imaginaros el otro motivo fundamental para tomar la decisión de hacerse vegetariano es la del respeto a los animales. En este punto quiero hacer diversas diferenciaciones. Por un lado podemos tomar en consideración los problemas éticos que se plantean de la Explotación animal. A nadie le pilla ya de sorpresa las aberrantes condiciones en las que se tienen a los animales en la industria ganadera donde sufren de hacinamiento, aislamiento, sobremedicación y maltrato para después trasladarlos al matadero en unas condiciones terribles sin luz y sin comida donde muchos incluso no sobreviven al viaje.
El dilema ético…
Sí, podemos también considerar como otra motivación dentro del animalismo la de aquellos que no se consideran en derecho natural de comerse a otros seres vivos. Esta postura ética, defiende que el ser humano puede usar su raciocinio para controlar sus instintos animales y mediante su avance y evolución encontrar los medios para poder vivir de una forma feliz y saludable sin imponerse a los animales, es decir sin comérselos ni subordinarlos a sus necesidades.
A esta postura ética, se opone la de aquellos que sí consideran que el ser humano por su racionalidad es superior de alguna manera al resto de especies animales y tiene el derecho natural a imponerse a ellas porque así se lo ha permitido su evolución. Los defensores de esta postura a menudo también defienden la ingesta de productos animales apelando como mencionábamos antes a la naturaleza omnívora del hombre.
Para este dilema, cada uno tiene que hacer introspección y decidir qué piensa al respecto. Lo que ya veo más difícil es decir ir en contra de los datos expuestos en los dos apartados anteriores.
Desmontando mitos… ¿Y la salud?
A día de hoy está ampliamente demostrado que la dieta vegana y vegetariana es apta y saludable para todas las etapas de la vida incluyendo el embarazo, la lactancia, la niñez y la vejez.
¿Es más sana la dieta vegetariana que la omnívora? Pues no, no necesariamente. Cualquier dieta puede ser sana o malsana, dependiendo de qué alimentos la compongan, por lo que cualquiera de ellas necesita ser apropiada.
¿Estoy diciendo aquí que todo el mundo deba ser vegetariano?
No, por supuesto que no. Yo a día de hoy que escribo esto estoy en transición (también lo fui durante 6 años hace bastante), pero durante la mayor parte de mi vida no lo he sido. Durante los últimos años he ido informándome más, concienciándome más, cambiando mi estilo de vida en muchas otras cosas, reduciendo residuos, comprando de cercanía, para mí todo está siendo una evolución y tampoco soy partidaria del todo o nada. Cada pequeño granito de arena, el sumarnos a la inciativa #loslunessincarne, o reducir de alguna manera nuestra ingesta ya será un pasito en la dirección correcta.
Para mí lo importante es no taparnos los ojos y pensar que en la ignorancia se vive mejor. Si quieres seguir comiendo carne hazlo, pero al menos sé consciente de sus implicaciones. Como siempre decimos, cada uno que tome la decisión que quiera, pero que lo haga de una forma consciente y no como resultado del dejarse llevar.
Como sabéis mi leitmotiv es limar las incoherencias internas que hay entre mis valores y mi forma de vivir y estar en el mundo, para mí esto forma parte de ese proceso, pero obviamente es un proceso personal y cada uno tiene que encontrar y ser coherente con el suyo propio. Eso sí, los datos a veces nos dan en toda la cara sin poderlo evitar.
Espero que esta artículo te haya resultado útil. En Internet tienes un montón de información sobre este tema, pero por favor, trata de ser crítico con la información. Como fuente principal os recomeiendo el libro de Lucía Martínez, Vegetarianos con ciencia. Al terminar cada uno de los capítulos tenéis una extensa relación con las referencias a todos los artículos científicos indexados que sustentan todo lo que dice con evidencia científica.
Me encantaría saber tu opinión sobre este tema, no dudes en hacérmela llegar.
¡Un abrazo y nos leemos!
Pd: Estén atentos a sus pantallas porque, especialmente si este artículo os ha resultado interesante, porque en breve abriré la suscripción para una formación en directo on-line, conmigo, y totalmente gratis. De nuevo os traigo un webinar del que podréis sacar mucho partido. Esta semana recibiréis noticias. Si no te quieres perder nada, apúntate a la Newsletter aquí, y te avisaré por correo.
Hola!!!
Como siempre Marina, un placer leer tu blog. Desde hace tiempo que te sigo y me gusta mucho tu forma de exponer los temas.
En esta entrada sobre la dieta vegetariana, me gustaría solamente hacer un inciso, en el apartado, obviamente, relativo a la salud.
«La dieta vegana y vegetariana es apta y saludable para todas las etapas de la vida incluyendo el embarazo, la lactancia, la niñez y la vejez» Sí, PERO. Hay ciertos elementos nutricionales indispensables para el desarrollo y la correcta función de nuestro organismo, y su fuente vegetal supone una absorción mucho menor por bioequivalencia (como ocurre con el hierro) o no existe fuente vegetal (como es el caso de la vitamina B12 o cobalamina)
Es posible tener una dieta vegana o vegetariana completa siempre y cuando se realice de manera correcta, no descuidando la ingesta proteica y controlando la necesidad de suplementos especialmente en las formas más estrictas (por ejemplo un ovo-lácteo-vegetariano habitualmente no tiene déficits)
Eso era todo. Espero haber podido aportar algo de utilidad 🙂
Hola Isabel, muchísimas gracias por tu comentario. Efectivamente, la dieta vegetariana debe de estar adecuadamente pautada, pero eso igual que la omnívora. Lo que quiero decir es que tanto como una como la otra puden ser sanas o malsanas, pero bien llevadas ambas son saludables.
Es cierto que una dieta vegetariana necesita suplementación de B12 en cualquier caso, cualquier edad, cualquier persona y ya de paso explico que esto es debido a que cuando comemos animales estos estan suplementados con B12 a través del pienso o adquieren la B12 comiendo pasto de la tierra si son animales hervíboros.
Muchas gracias por el inciso de la suplementación, no me quise meter en ese jardín en este post ya que yo no soy nuticionista ni experta en salud. Cualquier interesado puede leer el libro citado en el post, ya que la mitad del mismo habla sombre los distintos nutrientes, sus fuetes vegetales y biodisponibilidad (hierro, calcio, omegas, proteinas, etc.). ¡Un abrazo!
Hola!! Como he comentado en alguna ocasión, yo también soy partidaria de que cada uno haga lo que quiera pero también defiendo el acceso a la información. Hay muchos intereses creados en todo esto (tanto por un lado como por el otro) y lo que he aprendido es que no te puedes quedar con lo que lees u oyes en un blog o documental, tienes que seguir «investigando» para ser capaz de saber qué es lo que encaja contigo y con tu manera de pensar. Cuántas más fuentes consultes mucho mejor.
Ya estoy esperando esa formación 😉
Hola Ana, muchas gracias por tu comentario. Te doy toda la razón, es un verdadero problema los conflictos de interés, especialmente en el campo de la alimentación y la nutrición. Como siempre decimos por aquí, no hay que confirmarse con un punto de vista, nunca. Un abrazo!