Lo que tu pasaporte no dice de ti - Reinvención profesional, emprendimiento y productividad

Hoy siento que pospongo todo lo demás para hablar de lo que tengo que hablar y decir lo que tengo que decir. Parece que a veces se alinean los astros para que en diferentes puntos del mundo, cuestiones bastante significativas tomen relevancia al mismo tiempo. En realidad no creo en las casualidades, simplemente pienso que la cuestión trasciende fronteras y se está convirtiendo en un problema global.

Empezaré con una declaración de intenciones. Mi intención con este artículo no es ofender a nadie. Parto del hecho de que cada uno obra en todo momento lo mejor que puede y de que si hacemos algo mal es porque no sabemos hacerlo de otra manera o no podemos en determinadas circunstancias. Sin embargo, eso no hace que todo sea válido y que no debamos tomar consciencia de nuestros actos y responsabilidad para mejorar todo lo posible cada día, la falta de esa actitud sí nos hace culpables. Tras este disclaimer, ¡empezamos!

Rechazo a refugiados e inmigrantes, Brexit, Trump encerrando a niños de refugiados en jaulas… ¿Pero qué está pasando? ¿En qué nos estamos convirtiendo? En primer lugar, cuando miro la estampa generalizada y no uno a uno cada uno de estos problemas, veo algo que se ha repetido a lo largo de las historia y que da mucho miedo. Las olas nacionalistas y de odio racial más grandes de la historia, siempre han venido de la mano de crisis económicas, acompañadas por movimientos populistas, que hacen que las naciones se cierren bajo el grito del miedo a que les quiten lo poco que tienen. Y de ahí sale Trump, y de ahí sale el Brexit.

La noticia de la semana para todos los españoles que vivimos en Reino Unido ha sido la propuesta que ha ofrecido el parlamento británico a la comisión europea como acuerdo sobre las condiciones bajo las que será posible la permanencia en el país después de la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Ellos dicen que todo será muy sencillo para adquirir el permiso de residencia permanente y que sólo tendremos que pagar lo equivalente a lo que cuesta para los ingleses renovarse el pasaporte. Pero la pérdida de derechos está ahí; porque a partir de ahora me tendré que justificar, tendré que demostrar, tendré que pagar y tendré que tener cuidado de que si salgo del país por más de un cierto periodo de tiempo quizás pierda mi derecho a volver. Obviamente, cada país tiene el derecho a elegir a qué alianzas o uniones políticas se adhiere, el problema no es el hecho en sí, sino cuáles son los motivos. Reino Unido votó SÍ al Brexit movidos por la creencia populista de que españoles, italianos, portugueses, griegos, turcos o irlandeses, entre otros, vienen aquí a cobrar ayudas, a vivir del cuento y a quitarles el trabajo. ¿Os suena de algo? Ya os voy diciendo que es que todos nos parecemos mucho. Y es gracioso ver como cuando en España nuestra emigración se considera una «fuga de talento» aquí se ve como «vienen los pobres a quitarnos el pan». Distintas zonas de Reino Unido han reaccionado de formas muy diferentes a todo esto. Por ejemplo en Londres, donde yo vivo, el sentimiento después del Brexit fue de una abrumadora tristeza generalizada. Pero claro, Londres tiene su propio microclima, probablemente es una de las ciudades más cosmopolitas del mundo donde nadie se imagina la vida privada de esa enriquecedora variedad cultural. Pero el Brexit ganó, con 53% de los votos, y eso es lo que hay.

Pero ¿por qué nos cuesta tanto darnos cuenta de que las personas que llegan a España movidas por la búsqueda de un futuro mejor están en la misma situación que aquellos seres queridos que se fueron de España por el mismo motivo? En el resto de países de donde proviene la inmigración que llega a España, también consideran tener el problema de la fuga del talento. Sin embargo, a la hora de aceptar al que viene de fuera lo único que pensamos es en cómo esto nos afecta a nosotros directamente, en si nuestros derechos o beneficios se verán reducidos como consecuencia, en si el dinero que les den a ellos hará que yo no reciba «x» ayuda cuando la necesite o me lo quitarán de mi futura pensión. Cuando nos posicionamos en contra de la inmigración o de la ayuda a los refugiados, no hablamos de lo que queremos para nuestro país o de cómo nos gustaría que nuestro país fuese, sólo hablamos desde el miedo irracional a la pérdida personal porque… ¿Quién querría decir que vive en un país xenófobo? ¿Te sentirías orgulloso de tu país si este se negase a aceptar inmigrantes? ¿Críticas a la gente que votó al Brexit o las políticas de inmigración del gobierno de Donald Trump? ¿Alguna incoherencia…?

Soy consciente de que inmigrante y refugiado, son cosas muy diferentes. Un refugiado es alguien que busca asilo en un país diferente debido a que su supervivencia o la de sus seres queridos peligraba en su país de origen. He leído en las redes sociales a gente indignada porque se les iba adjudicar a estas personas una ayuda de 500€ mensuales. Los indignados se quejan de que hay muchos españoles que necesitan esa ayuda y no la tienen cuando ellos pagan sus impuestos. Repito, un refugiado es alguien que huye de su país porque su vida peligra. Que yo sepa, si pagas impuestos es porque puedes hacerlo, probablemente es porque tienes trabajo, o vivienda, y tus condiciones socio-económicas podrían considerarse las de una persona «a salvo» (y si no es así, el gobierno también tiene ayudas para ti, no te preocupes). En vez de quejarnos de que les den ayudas a otros deberíamos sentirnos profundamente afortunados de no estar en las circunstancias de aquel que las necesita. 

Y como muy bien explica en su web la Comisión Española de Ayuda al refugiado, el derecho a Asilo es una de los Derechos humanos fundamentales:

Así, toda persona tiene derecho de  a buscar protección fuera de su país de origen o de residencia habitual y disfrutar de ella en caso de huir de un conflicto que pone su vida en peligro y tener fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un determinado grupo social. La persecución por motivos de género, incluida aquella motivada por la preferencia sexual y la identidad de género, están incluidas en las causas de persecución que reconoce este derecho.

Es un derecho humano internacional recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en la Convención de Ginebra y la Constitución Española, entre otros. Consiste en la protección ofrecida por un Estado a determinadas personas cuyos derechos fundamentales se encuentran amenazados por actos de persecución o violencia.

Podría hablar aquí de muchas otras implicaciones morales que deberíamos tener en cuenta, como por ejemplo aquellas que tienen que ver con la economía internacional y de cómo me parece una absoluta broma que un país del primer mundo niegue ayuda a refugiados sirios, por ejemplo, que se ven obligados a abandonar su país huyendo de una pesadilla que basa su esencia en cómo los países del primer mundo se han estado jugando la explotación del petróleo sirio al Monopoly.

Sin duda, un tema muy controvertido que puede ser observado y debatido desde multitud de puntos de vista. Desde aquí no podía dejar pasar la oportunidad de lanzar mi aportación al mundo. No nos olvidemos que el ser más o menos humanos no depende de dónde nacemos; no nos olvidemos que nacer en un país u en otro no nos hace mejores o peores, porque sencillamente no lo hemos elegido y no tenemos responsabilidad sobre ello. Y sobre todo, más allá de las diferencias culturales, que obviamente pueden suponer una dificultad en algunos casos (aunque también creo que podemos decidir si esa dificultad es mayor o menor dependiendo de qué actitud decidamos tomar), recordemos que todos estamos hechos de lo mismo, que todos tenemos las mismas inquietudes y necesidades, que todos nuestros cerebros y corazones funcionan de la misma manera, vengamos de donde vengamos. Dejemos de tener tanto miedo y tantos prejuicios hacia lo desconocido y démonos la licencia de actuar y crear nuestros propios juicios en libertad, porque todas esas concepciones irracionales preconcebidas no hacen más que privarnos de ella.

Espero que me dejéis alguna aportación en vuestros comentarios. El debate  constructivo siempre es bienvenido aquí.

¡Nos leemos!

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