Hace no demasiado publiqué esta entrada sobre Vivir de lo que te hace feliz. A raíz de aquella publicación he recibido varios comentarios formulando de una u otra forma la misma pregunta, “vale pero… ¿cómo sé cuál es mi pasión? ¿cómo encontrar aquello que me hace feliz?” Así que este va a ser el tema en el que vamos a ahondar hoy.
En casi todos los libros, artículos, manuales, cursos en lo que se toca este tema, oiréis hablar de la importancia del autoconocimiento. Obviamente, tengo que conocerme en profundidad para saber qué es lo que me apasiona, cuál es mi vocación, encontrar eso que hace que vaya a sentirme realizado si dedico a ello mi vida profesional. Pero, ¿cómo alcanzamos ese autoconocimiento? Para algunos de nosotros la introspección es algo a lo que estamos acostumbrados, nos gusta pasar tiempo con nosotros mismos, analizar cómo nos sentimos en diferentes momentos y practicando diferentes actividades, pero para algunas personas esta no es una tarea sencilla. Las bases del autoconocimiento pasan por formularse a uno mismo una batería de preguntas que pueden darnos algunas pistas:
- ¿Cuáles son las actividades en las que más te evades, en las que se te pasan las horas sin darte cuenta?
- ¿Para qué tipo de cosas recurren a ti tus conocidos pidiéndote ayuda?
- ¿Sobre qué temas puedes hablar sin parar durante horas y consideras que tienes cierto nivel de “expertise”?
- ¿Si no tuvieras que pensar en el dinero, si fueras rico y pudieras dedicar el resto de tu vida a lo que quisieras, qué actividad sería?
- ¿Qué tipo de libros te gusta leer? ¿Qué tipo de películas son las que más disfrutas? ¿Sobre qué tema podrías pasar horas buscando información en Internet?
- Su piensas en cómo te gustaría que fuese tu vida dentro de cinco años ¿a qué te gustaría dedicarte?
Si de verdad quieres que estas preguntas sean efectivas te recomiendo que les dediques algo de tiempo. Si lees este artículo y piensas “vale, mensaje captado” pero no le dedicas un rato a reflexionar sobre ello, pasará por tu mente sin pena ni gloria. Desde mi punto de vista, creo que sí son efectivas, creo que pueden ayudarte a tener una idea algo más clara de qué es aquello que te apasiona, sin embargo, no creo que sean el quid definitivo de la cuestión.
Para mí, lo que te hace saber de forma definitiva tu respuesta, es pasar a la acción. ¿A qué me refiero con esto? Pues a llevar a cabo alguna acción que te acerque a sentir si realmente podrías dedicarte a esa pasión o no. Para esto no hace falta dar un paso enorme como dejar tu trabajo y montar una empresa a ver si sale bien. Pero sí te recomendaría que dieses algún paso en la dirección que te permita testear tu idea. Por ejemplo, podrías dedicar durante un tiempo un día de tu fin de semana a tu pasión de forma exclusiva, para comprobar cómo te hace sentir. Otra idea podría ser abrir un blog sobre el tema, o una cuenta en redes sociales donde compartas contenido al respecto. Seguro que dependiendo de cuál sea el campo que más te atrae las posibilidades son infinitas.
Como ejemplo personal te podría contar que yo estuve durante unos meses planteándome empezar una nueva carrera profesional en el mundo de la programación. Me hice muchas preguntas al respecto, sabía que tenía la mentalidad analítica que requería, ya que cuando estudié filosofía me había especializado en la rama de lógica y filosofía del lenguaje, y que además era un campo con mucho futuro en el que a algunos de mis amigos les estaba yendo muy bien. Ellos me animaron a probar, además siempre es más fácil cuando alguien te puede orientar sobre qué pasos seguir. Así que me puse a ello. Durante unos cuantos meses os puedo decir que le dediqué prácticamente el 100% de mi tiempo libre. Busqué un programa de formación, fui a meetups, realmente me comprometí con esta opción. Sin embargo, según pasaba el tiempo me daba cuenta de que eso no era lo que yo quería. Me divertía, era “challenging”, creo que se me podría haber llegado a dar bien, por lo que mis colegas me decían, sin embargo, a mí me faltaba algo. Mi formación humanística me gritaba “esto te cojea Marina” y llegué a la conclusión, de que no era mi camino. Esto es algo que sin darme apenas cuenta jugó un papel crucial en mi búsqueda. Para mí, tu pasión y tu propósito tienen que estar totalemente alineados con tus valores.
Algo que creo que es importante considerar cuando nos planteamos cómo encontrar nuestra vocación es que algunos de nosotros podríamos decir que caemos en la categoría de lo que se denomina personas “multiapasionadas”. Esto sucede cuando hay muchas cosas distintas que te apasionan e ilusionan por igual y te resulta difícil saber qué es aquello a lo que debes dar prioridad. Si este también es tu caso, no te preocupes, alégrate; tener muchos intereses diferentes seguramente te convierta en una persona con un rango de habilidades mucho mayor que aquellas que están centradas en una sola cosa. Sin embargo, te recomiendo que ahondes en tu búsqueda, porque a pesar de que consideres que hay miles de campos que merecen tu atención no creo que valores todos ellos de igual manera. Piensa cuál es el que más te importa, el que más merece que le dediques tu vida. O mirándolo desde otra perspectiva, cuál es aquel tan emocionante que tu vida merece que la llenes con él. Pero cuando decidas cuál es, no descartes todo lo demás pensando en que son distracciones. Cuanto más puedas enriquecer a tu motor principal con la energía de tus motores secundarios, más lejos llegarás. Quizá sean esos motores secundarios los que te ayuden a diferenciarte frente a la multitud.
Como conclusión puedo decirte, prueba, experimenta, pasa a la acción. No tengas miedo, no escuches a los demás, no les dejes que te influyan. Hay gente viviendo de su arte, de sus manualidades, de su empatía, de su estilismo, de sus canales de Youtube, de sus blogs, de su conciencia medioambiental y de miles de otras pasiones, que seguro que son tan locas y a la vez tan realizables como la tuya. No pienses que ellos tienen nada especial, ni suerte, ni contactos, lo que tienen en común, como te dije la última vez, es que han pasado de ser soñadores a ser hacedores. Ese es el mensaje que te lanzo, déjate de miedos y de qué-dirán y haz lo que a ti te haga feliz.
Este me parece un tema apasionante y sin duda es de los que más me gusta trabajar con mis clientes. Poco a poco sin darme cuenta me voy especializando en este tipo de procesos de reinvención personal/profesional. Supongo que por afinidad la gente acude a mí para que le ayude a encontrar y accionar sus pasiones. Me parece super enriquecedor y poder acompañar a personas en este proceso hace que me considere super afortunada.
Os mando un abrazo muy fuerte
¡Nos leemos!