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8M 2019 ¿Hay una manera correcta de vivirlo?

8M 2019 ¿Hay una manera correcta de vivirlo?

Quiero compartir con vosotros las sensaciones que he tenido este año al rededor de la celebración del día de la mujer. Quiero enseñar cómo las cosas no son blancas o negras, cómo siempre digo, no solo hay escalas de grises, sino en ocasiones todos los colores del arcoiris. Porque creo que la montaña rusa de sensaciones que tuve, daría casi para una tesis doctoral, y seguro que a alguno os resulta interesante leerme así tal cual, sin nigún tapujo ni miedo a que me juzguéis #feelfree.

 

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Este paseo comenzó unos días antes del viernes. Me di cuenta de que tras haber cambiado varios planes de trabajo para poder unirme a la huelga, había olvidado cambiar una sesión que tenía con una clienta. La verdad que el plantearme qué hacer en esta situación me creo un dilema moral: no quería quedar mal con mi ella, pero a la vez sentía que trabajar ese día iba en contra de mis valores y mostraba una cierta incoherencia. Finalmente este tema se resolvió ya que para ambas ciertas cosas cambiaron al rededor de nuestra cita y nos pusimos de acuerdo para pasarla al sábado. Todo salió bien, pero tengo que confesaros que si no hubiese sido así, ninguna de las opciones me hubiesen dejado totalmente satisfecha.   Otra cosa que paso, una de mis mejores amigas aquí en Londres, celebraba su cumpleaños el viernes y nos había citado en un pub a tomar algo ¿Qué hago? ¿y la huelga de consumo? El cumpleaños se canceló porque mi amiga tenía gripe. Ahí os lo dejo, ¿qué hubierais hecho vosotros? Recordad que la huelga era de trabajo, consumo y cuidado. Si la invitación no se hubiese cancelado probablemente hubiese acudido, ya que mi amiga es importante para mí, pero hubiese tratado de no consumir.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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El jueves por la noche, antes de acostarme, estuve mirando cuáles eran las convocatorias oficiales de manifestaciones en Londres y me sentí bastante triste cuando vi que no había convocada una manifestación oficial. Había actos, conferencias, talleres, muchos de ellos organizados por marcas, algunos incluso con entradas muy caras (la marca de tecnología apple había organizado charlas por el día de la mujer en sus enormes tiendas del centro de Londres… #pinkwash). Así que me resigné a que mi 8M fuese un día de huelga casero siguiendo por internet todo el movimiento que se estaba generando en España, un país del que me sentí verdaderamente orgullosa el pasado viernes. Me emocioné cuando vi que aunque aquí las manifestaciones brillaban por su ausencia, en España, el jueves por la noche había convocadas casi 1500 protestas a lo largo del todo el territorio español. Mil gracias compañeras por ser también la voz de las que no pudimos estar.

 

El propio viernes, una de las primeras cosas que me pasaron por la mañana es que cuando escribí en un grupo de whatsapp «feliz día a todas las mujeres del grupo» alguien me contestó «gracias por el cariño, pero feliz día a los hombres también que también les queremos»… WTF!? A lo cual respondí «ya pero el día de la madre no felicitamos a los papás» y la respuesta fue «bueno, pues a partir de ahora lo haremos». Os prometo que ese día me había levantado super motivada, deseando ver en las noticias el buen rollo de todos a una y esto me dio una patada de realidad en el estómago. Sentí mucha rabia, porque el fondo de este comentario es la creencia de que el día de la mujer es discriminatorio para los hombres. Y pasé de nuevo de la rabia a la motivación de sentir que por comentarios como estos es que este día y su creciente fuerza son tan necesarios.

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Por la noche, os prometo que cada foto de las manifestaciones que me llegaba, cada vídeo, cada Story en Instagram me llenaba de emoción. Sentía esa unión de grupo, grupo del que me siento parte, ya que aunque mi cuerpo no estaba allí, os aseguro que mi mente y mi corazón sí lo estaban. Me alegró mucho y me hizo sentir paz al ver a tantos hombres en las manifestaciones, hombres que quisieron ir y que sienten feministas y a los que nadie agrede, porque poco a poco vamos entendiendo que esto es una lucha de todos. Al día siguiente me emocionó muchísimo la historia de la hermana de una amigo, para la que sus compañeros de trabajo hombres hicieron una colecta recaudado el dinero necesario para que ella no perdiese su sueldo del día por hacer huelga. Se lo dejaron encima de su escritorio, me pareció un detalle super chulo. Como véis un montón de altibajos, un montón de sensaciones, pero mi conclusión es que así es cómo tiene que ser. Porque por desgracia esto no es un día de fiesta, ojalá algún día lo sea; de momento sigue siendo una reivindicación de que sigue existiendo un machismo implícito, medio oculto, que va dejando sesgos por todos los lados. Sé que hay muchas personas que opinan que no es cierto, que ya no existe, y cuando las medidas insuficientes o con vacíos legales hacen que los derechos de las mujeres perjudiquen a otros en vez de culpar a una ley mal diseñada o a su aplicación, culpan a la mujer que hace uso de su derecho.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Una cosa que no me gusta nada es que causas sociales como el feminismo se politicen. No me gusta que se identifique el feminismo con la izquierda, con el socialismo, no porque no vea los vínculos ideológicos, sino porque para mucha gente esa es la excusa perfecta para posicionarse a favor o en contra del feminismo como si esto fuese unido con el partido al que den su voto. Creo que a pesar de que la mitad de la población de un país tenga una ideología de corte liberal y la otra mitad de corte socialista, se debería aspirar a que el 100% de la sociedad defendiese la igualdad que se defiendo con el feminismo. Sin embargo, cuando escuche el discurso de Pablo Casado hablando de porqué el PP no iba a acudir a las manifestaciones y el grupo de mujeres que estaban de pie detrás de él asintiendo con movimientos de cabeza, os juro que sentí arcadas. Y me hubiese dado igual quién hubiese dado ese discurso, qué partido o qué persona, os lo prometo. Eso sí, os aseguro, que la fuerza que ha tenido este año el movimiento feminista en España, ha venido megapropulsada por el crecimiento de la rancia derecha de VOX, el PP y sus amigos, que amenazan con quitar a las mujeres muchos de los derechos y conquistas alcanzadas durante las últimas décadas, como la derogación de la ley del aborto, o la violencia de género. Solo espero que a nadie se le deshinche el fuelle cuando que haya que votar dentro de apenas un mes y medio. Ningún sentido tendría para mí que las personas que gritaron el viernes por el feminismo, diesen sus votos a estos partidos.

Este año he querido el lado más personal de cómo he vivido yo el 8 de marzo. Si queréis leer algo un poquito más informativo acerca de lo que es al feminismo os dejo este artículo que escribí hace meses titulado «Entendiendo el feminismo». Además podéis escuchar el episodio de mi podcast «¿Se puede ser feminista sin saberlo?» que tiene el triple de escuchas que cualqquier otro episodio.

Espero que os haya gustado el artículo de esta semana. Me encantará saber vuestras opiniones y también cuáles fueron vuestros sentimientos alrededor del 8M.

¡Un abrazo y nos leemos!

P.d: Si te han gustado las ilustraciones que decoran esta entrada, son parte de la inmensa serie creada por ilustradoras españolas para la ocasión. Todas ellas están colgadas en Instagram, pero he encontrado este artículo en Verne que comparte una buena parte de ellas.

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Reinvéntate: el comienzo de una nueva vida profesional.

Reinvéntate: el comienzo de una nueva vida profesional.

Hemos hablado ya varias veces por aquí de la importancia de dedicarnos a algo que nos haga felices, de no resignarnos y de construir una vida tomando decisiones conscientes, evitando el dejarnos llevar por las circunstancias.

Pero ¿cómo sucede esto? ¿qué lo hace posible? A día de hoy, ya hace más de un año que me decidí a dar carpetazo a una vida profesional que no me hacía feliz, a dejar de buscar trabajos que no en los que no cabía lo que yo quería dar a la vez que yo no llenaba todos sus huecos. Ninguno parecía estar diseñado para mí. Y pasé tiempo pensando qué tenía que rehacerme, estudié cosas nuevas, encontré algunas que me gustaban, sin embargo, no quería resignarme y aceptar que lo que yo ya tenía no era suficiente para dárselo al mundo tal y cómo era.

Cada vez con más frecuencia recibo preguntas acerca de cómo es esto de reinventarse. Que de dónde se sacan las fuerzas, las ideas o el coraje. Por eso me he decidido a escribiros hoy estas líneas. Todo lo que necesitas para convertirte en quien quieres ser, en hacer feliz al mundo con lo que sabes, con tus habilidades, tus fortalezas y tus experiencias, todo nace de el valor que TÚ le dés y de cómo consigas transitir ese valor a los demás

Si estás convencido de que tienes algo más que aportar, si sabes comunicarselo y hacer que los demás también lo valoren, tienes una mina de fuerza y motivación interminable. Yo me levanto cada día, pensando que mi mensaje puede cambiar el mundo. Te prometo que, en lo más profundo de mi corazón, siento que a aquellos a los que llego experimentan un revolcón en su forma de pensar o de sentir. Quiero ayudar, a quien quiera ser ayudado, a ser más reflexivo y más respetuoso, tanto consigo mismo como con el mundo. Y eso me mueve, me empuja tanto que hace que no me canse de escribir, de ayudar a personas cada día con mis sesiones de coaching y de crear todo el contenido en redes, blog y podcast para que todo el que quiera pueda exprimirme el jugo de forma totalmente gratuita.

Ahora sí, quizá hoy gane menos, ojalá algún día gane más, pero la paz que siento no me la puede quitar nadie y no se compra ni con mil fajos de billetes. Paz de sentirme llena, paz de sentir que tengo un propósito, paz de saber que ayudo a otros y de pensar que con suerte al final del camino habré contribuido a que el mundo sea un poquito mejor. 

Para mí, esa es la clave. ¿Tuve miedo de dar el salto? ¡Claro que sí! Y lo sigo teniendo; para mí los miedos clave son el miedo a ser criticado y el miedo al fracaso, que normalmente caminan de la manita, a tu lado, siempre que quieres hacer cualquier cambio en tu vida. Y qué hacemos con ellos… Pues tratar de ignorarlos y darnos cuenta de que lo importante es que nuestras ganas y energía sean mucho más fuertes que esos miedos. No esperes a que el miedo se vaya, con miedo! Hazlo!

¿Síndrome del impostor? o… ¿Quién soy yo para hacer esto? Esta es otra de las grandes rocas a las que enfrentarse. Y tampoco se irá, la superarás una vez y después volverá, con cada nuevo paso. Pero recuerda que siempre habrá alguien a quien puedas ayudar y que la confianza siempre viene tras la experiencia. No esperes no sentirte inseguro al principio. Déjate guiar por otros y atrévete a enfrentar nuevos retos que te hagan siempre seguir creciendo. Piensa que de esto no se libra nadie, no se pierde haciendo un curso más, ni una carrera. Un buen profesional se fragua con experiencia, así que ¡ánimo y a por todas!

Obviamente a cada uno se nos presentan unos obstáculos, tanto externos como internos. Solo piensa que los que se embarcan en este proceso no se diferencian de los que no lo hacen en que ellos no tengan factores en su contra. Se diferencian en cómo gestionan esas barreras y cómo crean un plan de acción para hacerlas frente poniendo tanto su corazón como su cabeza en el proceso.

Es cierto que hay que soñar, pero con sueños no se construyen realidades, las realidades se costruyen con acción. Si en este momento te encuentras atascado, lee mucho sobre el tema, habla con gente que te quiera y te valore y si necesitas ayuda profesional, no dudes en pedirla. La mayoría de nosotros vamos a la peluquería a que nos corten el pelo, o llamamos al fontanero si necesitamos que nos arreglen una tubería. Pues esto es lo mismo, es un servicio más y los profesionales estamos ahí para ayudarte.

Durante todo este tiempo he tenido el placer de ayudar a personas a redescubirse, tanto personal como profesionalmente. Por esto quiero contarte hoy que he creado un programa de acompañamiento de tres meses de duración en que si quieres, te ayudaré a reinventarte profesionalmente, venciendo todas esas barreras que surgen en el camino. Este programa se llama ReLánzate (puedes informarte aquí)>> y tiene sus puertas abiertas para las inscripciones de esta primera edición solo por unos días.

Como siempre, un abrazo y ¡a por ello!

¡Nos leemos!

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Balance 2018 y Propósitos 2019

Balance 2018 y Propósitos 2019

El último día del año. Esto tocaba y supongo que los que ya me lleváis leyendo un tiempo lo esperabáis.

Tras tanto tiempo animándoos a fijar vuestro objetivos, a esclarecer dónde queréis llegar para poder tomar el camino correcto, ¡cómo no iba a hacerlo yo!

El año pasado por estas fechas publiqué una entrada muy similar a esta, en lo que a título se refería, pero sinceramente el contenido de mis propósitos me parecía de ciencia ficción. Escribí aquello que deseaba con tantas ganas, aquello por lo que pensaba luchar y dejarme la piel y a día de hoy no puedo sentir más que una inmensa satisfacción.

¿Qué he conseguido en 2018?

En lo profesional: Al finalizar el año pasado estaba ya en proceso de dejar mi anterior trabajo. Mi reto era conseguir trazar el plan de acción de mi propio proyecto y, lo más importante, llevarlo a cabo. Me propuse lanzarme a la aventura del emprendedor antes de mitad de año y conseguir facturación mensual estable antes del final de 2018. ¡Todo conseguido! Incluso mi objetivo loco y soñador de facturación (aunque fui muy conservadora me parecía que estaba siendo una ilusa), ¡conseguido!

En lo personal: Mi principal objetivo para 2018 fue referido a mi salud mental. Me puse como propósito salir del estado de preocupación constante en el que estaba e intentar controlar un poco más mis niveles de estrés. Obviamente el proceso de reinvención personal y profesional fue de la mano. Y aunque mi preocupación constante no estuvo nunca ligada a la incertidumbre laboral creo que el proceso de desarrollo personal que he llevado a cabo me ha ayudado en todos los ámbitos de mi vida.

Más cosas. Me casé, que no es poco. Me daba pánico celebrar una boda-no-boda, y lo hice y fue un éxito.

Viajé, de nuevo fuera de Europa que era otro de mis propósitos.

Hice ejercicio, sí, pero de todos los objetivos que tenía este año podría ser que este sea en el que más haya pinchado. Diría que no he dejado de hacer ejercicio en todo el año (excepto en periodos en lo que no he estado en casa) sin embargo, no he conseguido la constancia que me hubiese gustado. Pero bueno, la verdad es que diría que más o menos me he mantenido e incluso estoy mejor que a finales del año pasado.

¿Nada mal, verdad? ¡A veces da miedo escribir estas cosas, da mal augurio, por si se tuercen!

Propósitos para 2019:

Aquí voy a poner mis propósitos generales. Para llevarlos a cabo me sentaré una tarde a hacerme autocoaching y convertir los propósitos en Objetivos SMART. Si quieres hacer tú lo mismo con los tuyos, te recomiendo que leas esto: ¿Cómo alcanzar mis metas? 6 claves para cumplir tus objetivos .

Profesional: Me encantaría poder seguir creciendo con este proyecto, con vosotros. Cada día somos unos poquitos más en esta pequeña comunidad on-line que me ha devuelto la alegría de vivir, que me emociona cada día y que me ha ayudado a recuperar la confianza en que la plenitud existe. Este año me gustaría poder crear algún servicio de acompañamiento grupal online para poder llegar a más gente. Todavía no tengo 100% definidos el qué y el cómo, por lo que si estás leyendo esto y tienes alguna sugerencia no dudes en hacermela llegar.

Personal: En lo personal, para mí lo más importante siempre es la salud y el amor, supongo que para casi todos.

En la salud, mi propósito es seguir cuidando mi cuerpo y mi mente. Ejercitándome, comiendo saludable, meditando y dejando ir a los pensamientos que no me hacen bien (siempre desde la aceptación, no desde la negación).

Me encantaría poco a poco ir limando las incoherencias que existen entre mis valores y mi forma de actuar, porque sí, muchas veces yo también lo hago mal.

Si se da la oportunidad me gustaría seguir viajando (quizá Japón en 2019?).

En 2019 me propongo leer más y aceptar el reto de leer sólo libros escritos por mujeres. Leí este artículo, Ahora solo leo libro escritos por mujeres y esto es lo que he aprendido, y me pareció muy interesante, me apetece probarlo. Venga, vamos a poner un número… 12 al menos uno por mes.

Para este año que empieza hay otra cosa que quiero proponerme en lo personal. Tiene que ver con mis relaciones con los demás. Esto es dejar de esperar que lo demás hagan o reaccionen como a mí me gustaría o cómo yo lo hago con ellos. Tener altas expectativas de los demás me ha llevado en alguna que otra ocasión a llevarme un mal rato cuando estas no se cumplen. Esto no consiste en resignarse, sino en no poner el bienestar de uno fuera de sí mismo y tener un amor hacia los demás que no venga de las proyecciones que hacemos en ellos.

¿Cómo lo veis? ¿Posible? Nunca se sabe, pero hay que ser ambicioso, si no apuntamos alto, nunca llegaremos a ningún sitio que merezca la pena.

Esta entrada ha sido un poco más personal de lo normal. Espero que os guste. Me parecía ideal para acabar el año. Me encantaría que compartieséis conmigo vuestra lista.

¡Un abrazo fuerte y Feliz Año Nuevo!

 

 

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Cómo descubrir tu pasión

Cómo descubrir tu pasión

Hace no demasiado publiqué esta entrada sobre Vivir de lo que te hace feliz. A raíz de aquella publicación he recibido varios comentarios formulando de una u otra forma la misma pregunta, “vale pero… ¿cómo sé cuál es mi pasión? ¿cómo encontrar aquello que me hace feliz?” Así que este va a ser el tema en el que vamos a ahondar hoy.

En casi todos los libros, artículos, manuales, cursos en lo que se toca este tema, oiréis hablar de la importancia del autoconocimiento. Obviamente, tengo que conocerme en profundidad para saber qué es lo que me apasiona, cuál es mi vocación, encontrar eso que hace que vaya a sentirme realizado si dedico a ello mi vida profesional. Pero, ¿cómo alcanzamos ese autoconocimiento? Para algunos de nosotros la introspección es algo a lo que estamos acostumbrados, nos gusta pasar tiempo con nosotros mismos, analizar cómo nos sentimos en diferentes momentos y practicando diferentes actividades, pero para algunas personas esta no es una tarea sencilla. Las bases del autoconocimiento pasan por formularse a uno mismo una batería de preguntas que pueden darnos algunas pistas:

  • ¿Cuáles son las actividades en las que más te evades, en las que se te pasan las horas sin darte cuenta?
  • ¿Para qué tipo de cosas recurren a ti tus conocidos pidiéndote ayuda?
  • ¿Sobre qué temas puedes hablar sin parar durante horas y consideras que tienes cierto nivel de “expertise”?
  • ¿Si no tuvieras que pensar en el dinero, si fueras rico y pudieras dedicar el resto de tu vida a lo que quisieras, qué actividad sería?
  • ¿Qué tipo de libros te gusta leer? ¿Qué tipo de películas son las que más disfrutas? ¿Sobre qué tema podrías pasar horas buscando información en Internet?
  • Su piensas en cómo te gustaría que fuese tu vida dentro de cinco años ¿a qué te gustaría dedicarte?

Si de verdad quieres que estas preguntas sean efectivas te recomiendo que les dediques algo de tiempo. Si lees este artículo y piensas “vale, mensaje captado” pero no le dedicas un rato a reflexionar sobre ello, pasará por tu mente sin pena ni gloria.  Desde mi punto de vista, creo que sí son efectivas, creo que pueden ayudarte a tener una idea algo más clara de qué es aquello que te apasiona, sin embargo, no creo que sean el quid definitivo de la cuestión.

Para mí, lo que te hace saber de forma definitiva tu respuesta, es pasar a la acción. ¿A qué me refiero con esto? Pues a llevar a cabo alguna acción que te acerque a sentir si realmente podrías dedicarte a esa pasión o no. Para esto no hace falta dar un paso enorme como dejar tu trabajo y montar una empresa a ver si sale bien. Pero sí te recomendaría que dieses algún paso en la dirección que te permita testear tu idea. Por ejemplo, podrías dedicar durante un tiempo un día de tu fin de semana a tu pasión de forma exclusiva, para comprobar cómo te hace sentir. Otra idea podría ser abrir un blog sobre el tema, o una cuenta en redes sociales donde compartas contenido al respecto. Seguro que dependiendo de cuál sea el campo que más te atrae las posibilidades son infinitas.

Como ejemplo personal te podría contar que yo estuve durante unos meses planteándome empezar una nueva carrera profesional en el mundo de la programación. Me hice muchas preguntas al respecto, sabía que tenía la mentalidad analítica que requería, ya que cuando estudié filosofía me había especializado en la rama de lógica y filosofía del lenguaje, y que además era un campo con mucho futuro en el que a algunos de mis amigos les estaba yendo muy bien. Ellos me animaron a probar, además siempre es más fácil cuando alguien te puede orientar sobre qué pasos seguir. Así que me puse a ello. Durante unos cuantos meses os puedo decir que le dediqué prácticamente el 100% de mi tiempo libre. Busqué un programa de formación, fui a meetups, realmente me comprometí con esta opción. Sin embargo, según pasaba el tiempo me daba cuenta de que eso no era lo que yo quería. Me divertía, era “challenging”, creo que se me podría haber llegado a dar bien, por lo que mis colegas me decían, sin embargo, a mí me faltaba algo. Mi formación humanística me gritaba “esto te cojea Marina” y llegué a la conclusión, de que no era mi camino. Esto es algo que sin darme apenas cuenta jugó un papel crucial en mi búsqueda. Para mí, tu pasión y tu propósito tienen que estar totalemente alineados con tus valores.

Algo que creo que es importante considerar cuando nos planteamos cómo encontrar nuestra vocación es que algunos de nosotros podríamos decir que caemos en la categoría de lo que se denomina personas “multiapasionadas”. Esto sucede cuando hay muchas cosas distintas que te apasionan e ilusionan por igual y te resulta difícil saber qué es aquello a lo que debes dar prioridad. Si este también es tu caso, no te preocupes, alégrate; tener muchos intereses diferentes seguramente te convierta en una persona con un rango de habilidades mucho mayor que aquellas que están centradas en una sola cosa. Sin embargo, te recomiendo que ahondes en tu búsqueda, porque a pesar de que consideres que hay miles de campos que merecen tu atención no creo que valores todos ellos de igual manera. Piensa cuál es el que más te importa, el que más merece que le dediques tu vida. O mirándolo desde otra perspectiva, cuál es aquel tan emocionante que tu vida merece que la llenes con él. Pero cuando decidas cuál es, no descartes todo lo demás pensando en que son distracciones. Cuanto más puedas enriquecer a tu motor principal con la energía de tus motores secundarios, más lejos llegarás. Quizá sean esos motores secundarios los que te ayuden a diferenciarte frente a la multitud.

Como conclusión puedo decirte, prueba, experimenta, pasa a la acción. No tengas miedo, no escuches a los demás, no les dejes que te influyan. Hay gente viviendo de su arte, de sus manualidades, de su empatía, de su estilismo, de sus canales de Youtube, de sus blogs, de su conciencia medioambiental y de miles de otras pasiones, que seguro que son tan locas y a la vez tan realizables como la tuya. No pienses que ellos tienen nada especial, ni suerte, ni contactos, lo que tienen en común, como te dije la última vez, es que han pasado de ser soñadores a ser hacedores.  Ese es el mensaje que te lanzo, déjate de miedos y de qué-dirán y haz lo que a ti te haga feliz.

Este me parece un tema apasionante y sin duda es de los que más me gusta trabajar con mis clientes. Poco a poco sin darme cuenta me voy especializando en este tipo de procesos de reinvención personal/profesional. Supongo que por afinidad la gente acude a mí para que le ayude a encontrar y accionar sus pasiones. Me parece super enriquecedor y poder acompañar a personas en este proceso hace que me considere super afortunada.

Os mando un abrazo muy fuerte

¡Nos leemos!

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Bienvenido septiembre

Bienvenido septiembre

Septiembre, siempre me encantaste. Llegabas con tus aires de final de verano, sabiendo que eras esperado. Traías contigo el olor a libros y cuadernos nuevos, a clases recién pintadas. Septiembre. Siempre fuiste un incomprendido para muchos, para los que no disfrutaban con la emoción de las cosas nuevas, nuevo curso, nueva agenda, nuevos profes… Con el tiempo fueron nuevos alumnos, pero lo demás no cambió. Septiembre, te sigo queriendo, porque, por suerte me sigue gustando lo que traes; aunque no solamente es suerte, también es voluntad y trabajo. Me gusta que también seas tú con quien venga el otoño, porque sus colores ocres en la puesta de sol, lo convierten en mi estación favorita. Me gusta siempre despedir al verano contigo. Muchas gracias por seguir volviendo año tras año.

 

Y a ti ¿te gusta septiembre? sé que los melancólicos somos muchos. Pero también son muchos los que odian este mes por ser sinónimo del fin del verano, el calor y las vacaciones. Sin embargo, no es difícil ver las cosas desde otro ángulo, si conseguimos ilusionarnos con aquello que nos espera a la vuelta del verano.

Se habla de síndrome o depresión postvacacional… Y aunque esto no es algo que le guste a nadie, bien es cierto que podemos hacer mucho en evitar caer en él. Las personas que tienen una baja tolerancia a la frustración, que realizan un trabajo con el que no se sienten satisfechos, o que tienen alguna relación laboral conflictiva, son más propensas a caer en este estado de ánimo poco… alegre digamos. Vamos, que no te toca como al que le llaman para la mesa electoral, más bien como el que gana la lotería habiendo comprado muchos décimos.

Al empezar septiembre oirás en muchos sitios como reponerte a ese estado de bajo ánimo tras las vacaciones; te dirán que pongas en marcha el resto de tus rutinas externas al trabajo, que hagas ejercicio, que te planifiques bien tu trabajo, que te anticipes a los momentos de mal humor de tu jefe… ¡sabios consejos! Yo no vengo a hablarte de eso. Yo te voy a hacer una pregunta si te atreves a mirar más allá… ¿por qué te jode (con perdón) tanto volver a trabajar? ¿cuáles son esos boletos que tienes comprados, pegados con un imán a la nevera, que te garantizaban el éxito de la miseria post-vacaciones?

Es escarbar un poquito más de lo que gusta a veces, pero es necesario si queremos tomar las riendas para cambiar aquello que parece ser que hace falta cambiar. Si no crees que merece la pena volver, si crees que estás perdiendo tu tiempo, si esa persona que te está amargando la vida no va a cambiar por sí misma ¿qué puedes hacer tú? Piensa que en lo que se convierte tu vida es el fruto de las decisiones que algún día tomaste. Haz que tu futuro se convierta en lo que esperas de él, tomando decisiones conscientes hoy.

Si septiembre 2018 no te mola, haz lo posible hoy para que septiembre de 2019 sea lo que más te emocione en el mundo. Y si septiembre de 2018 te emociona tanto como a mí, hazlo brillar y comparte su luz 🙂

¡Nos leemos!

P.d: Estén atentos a sus pantallas porque este miércoles os anunciaré una sorpresa en la que he estado trabajando últimamente y que creo que os gustará

Haz lo que te gusta hacer, maximiza tu ocio

Haz lo que te gusta hacer, maximiza tu ocio

Me gustaba mucho despedir a mi clase, especialmente cada viernes, tras tutoría, diciéndoles «Pasad buen fin de semana, y disfrutad haciendo las cosas que os gusta hacer». Parece algo bastante obvio, pero por desgracia, es un consejo que casi todos deberíamos tomarnos más en serio de lo que pensamos.

A menudo nos encontramos con que cuando nuestro día a día en el trabajo, o los estudios, nos mantiene demasiado ocupados, nos sentimos mal por no poder pasar más tiempo haciendo actividades de las que realmente disfrutamos. Sin embargo, cuando tenemos tiempo libre, todas esas listas de cosas por disfrutar se esfuman de nuestras mentes. ¿Nunca habéis sentido que en época de exámenes erais más creativos? ¿Teníais más ganas de leer ficción? ¿Se os ocurrían grandes ideas u os venía la musa?

En otro post anterior ya hablamos sobre la procrastinación, sin embargo, hoy el tema es ligeramente diferente, o al menos lo afrontamos desde otro punto de vista; y es que no nos importa ahora lo productivos que somos mientras tenemos trabajo que hacer, sino lo productivos que somos con el uso de nuestro tiempo libre.

 

Si a menudo te sientes frustrado porque crees que tus obligaciones te quitan de hacer cosas de las que disfrutarías enormemente y que probablemente te harían más feliz y pleno, no dejes al azar la disposición de tu tiempo libre. No estoy diciendo que sea yo partidaria tampoco de crear una agenda estresante para los fines de semana o las vacaciones, (no hay cosa que más me estrese a mí, casi más que las obligaciones del trabajo) sino de evitar dejar pasar las horas de tiempo libre sin ser conscientes de ellas, sin disfrutarlas.

Una forma de disfrutar del tiempo libre podría ser sin ningún problema, quedarse en casa descansando, nadie le pone ninguna objeción a eso. A lo que le ponemos objeciones, es a que lo que hacemos con el tiempo no sea fruto de una decisión consciente. Está genial decidir que las próximas dos horas voy a ver una peli en el sofá, leer un libro o un ensayo, ordenar mi escritorio o ver fotos antiguas, no hay nada de malo en ello, siempre y cuando tomemos la decisión consciente de que es eso en lo que queremos invertir ese tiempo.

 

Cuando dejamos pasar nuestro tiempo de ocio sin haber sido muy conscientes de él, a menudo nos produce mucha frustración. Se nos pasan por la cabeza frases como «Ya es otra vez lunes y ni me enterado», «estoy tirando mi tiempo», «solo vivo para trabajar»… Y eso a menudo sucede porque no asimilamos que ese tiempo sin trabajo, sin obligaciones, ha servido para alimentar esas otras inquietudes de las que nos vemos privados en el día a día.

Pero ¿cómo lo hacemos? Si crees que caes en esto más de lo que te gustaría, algo que podría funcionarte es apuntar aquellas cosas que te gustaría hacer cuando las obligaciones te lo impiden. ¡OJO! En bastantes ocasiones sucede que cuando no tenemos tiempo libre, nos apetece hacer cosas que no queremos cuando tenemos tiempo libre para ellas… Jaja, ¡quien esté libre de paradojas que tire la primera piedra! Sin embargo, el problema frente al que nos solemos encontrar más a menudo, es el de vencer la pereza. Nos quedamos pegados al sofá viendo algo en la tele que ni siquiera nos interesa o pasamos horas haciendo «scroll down» en facebook leyendo noticias (o, en el peor de los casos, la vida de otros) que nos dan exactamente igual. ¿Por qué? No hay respuesta, porque no es una decisión tomada de forma consciente, nos hemos dejado llevar… De ahí viene la frustración después, al ver que tus preciadas horas libres, las que maldices por no tener tan a menudo, se te han escapado entre los dedos sin darte cuenta.

Te diré qué es lo que, desde mi experiencia, mejor funciona:

  • Trata de distribuir tu tiempo libre con antelación. Igual la noche antes; como decía anteriormente no hace falta ser demasiado rígido, es importante no sentir que esas actividades que quieres hacer por voluntad propia se acaben convirtiendo en obligaciones también.
  • Dedicate tiempo a ti mismo. No llenes el 100% de tu tiempo con compromisos sociales. Es genial socializar, pero intenta dedicarte un ratito a ti mismo de vez en cuando: lee, haz deporte, ve una peli, dibuja, haz manualidades, medita, planea un viaje… Es muy importante sentir que nos hemos dedicado tiempo a nosotros mismos, no solo a los demás.
  • Incluye alguna actividad social. Tampoco vayas al extremo opuesto y te encierres en ti mismo todo el tiempo. Está demostrado que las relaciones sociales juegan un gran papel en nuestro bienestar. Disfruta de tus seres queridos y deja que ellos disfruten de ti.
  • Sal de casa, si puedes ten contacto con la naturaleza. ¿Sabías que es muy importante respirar aire fresco cada día? De hecho hay bastantes estudios que hablan de la importancia de respirar aire exterior, seguro que has oído la importancia que tiene el salir de casa para gente que lucha contra la depresión, pues si es importante para ellos, lo es para todos.

Espero que algo de lo que hayas leído aquí hoy te haya inspirado. Me ha parecido que estando cerca del final de Agosto y sabiendo que mucha gente se está enfrentando en estas fechas a la vuelta al trabajo tras las vacaciones, podremos intentar minimizar esa «depre» postvacacional nutriendo bien la sensación de plenitud que nos aporta haber disfrutado de hacer aquello que más nos gusta durante nuestro tiempo libre.

 

Por último te propongo un ejercicio: Escribe una lista con 6-10 cosas que te guste hacer y que te produzcan sensación de haber hecho algo útil con tu tiempo (aquí la «utilidad» que algo tiene es una concepción totalmente personal). Aquí os dejo la mía, así tenéis un ejemplo :): leer, escuchar podcast, ver una peli o un capítulo de una serie, seleccionar fotos de mis vacaciones para hacer un álbum, salir a correr al parque y acabar con una meditación allí, quedar con mis amigos para cenar por ahí, o jugar a algo, ir a hacer una ruta al campo…

Seguro que con vuestra lista cerca, tendréis muchas más ganas de poneros a ello la próxima vez y eso os acercará al éxito. ¡Seamos conscientes de lo que hacemos! Recuerda que

 

O tomas decisiones o la vida las toma por ti

 

¡Nos leemos!

 

 

 

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