Bienvenido septiembre - Reinvención profesional, emprendimiento y productividad

Septiembre, siempre me encantaste. Llegabas con tus aires de final de verano, sabiendo que eras esperado. Traías contigo el olor a libros y cuadernos nuevos, a clases recién pintadas. Septiembre. Siempre fuiste un incomprendido para muchos, para los que no disfrutaban con la emoción de las cosas nuevas, nuevo curso, nueva agenda, nuevos profes… Con el tiempo fueron nuevos alumnos, pero lo demás no cambió. Septiembre, te sigo queriendo, porque, por suerte me sigue gustando lo que traes; aunque no solamente es suerte, también es voluntad y trabajo. Me gusta que también seas tú con quien venga el otoño, porque sus colores ocres en la puesta de sol, lo convierten en mi estación favorita. Me gusta siempre despedir al verano contigo. Muchas gracias por seguir volviendo año tras año.

 

Y a ti ¿te gusta septiembre? sé que los melancólicos somos muchos. Pero también son muchos los que odian este mes por ser sinónimo del fin del verano, el calor y las vacaciones. Sin embargo, no es difícil ver las cosas desde otro ángulo, si conseguimos ilusionarnos con aquello que nos espera a la vuelta del verano.

Se habla de síndrome o depresión postvacacional… Y aunque esto no es algo que le guste a nadie, bien es cierto que podemos hacer mucho en evitar caer en él. Las personas que tienen una baja tolerancia a la frustración, que realizan un trabajo con el que no se sienten satisfechos, o que tienen alguna relación laboral conflictiva, son más propensas a caer en este estado de ánimo poco… alegre digamos. Vamos, que no te toca como al que le llaman para la mesa electoral, más bien como el que gana la lotería habiendo comprado muchos décimos.

Al empezar septiembre oirás en muchos sitios como reponerte a ese estado de bajo ánimo tras las vacaciones; te dirán que pongas en marcha el resto de tus rutinas externas al trabajo, que hagas ejercicio, que te planifiques bien tu trabajo, que te anticipes a los momentos de mal humor de tu jefe… ¡sabios consejos! Yo no vengo a hablarte de eso. Yo te voy a hacer una pregunta si te atreves a mirar más allá… ¿por qué te jode (con perdón) tanto volver a trabajar? ¿cuáles son esos boletos que tienes comprados, pegados con un imán a la nevera, que te garantizaban el éxito de la miseria post-vacaciones?

Es escarbar un poquito más de lo que gusta a veces, pero es necesario si queremos tomar las riendas para cambiar aquello que parece ser que hace falta cambiar. Si no crees que merece la pena volver, si crees que estás perdiendo tu tiempo, si esa persona que te está amargando la vida no va a cambiar por sí misma ¿qué puedes hacer tú? Piensa que en lo que se convierte tu vida es el fruto de las decisiones que algún día tomaste. Haz que tu futuro se convierta en lo que esperas de él, tomando decisiones conscientes hoy.

Si septiembre 2018 no te mola, haz lo posible hoy para que septiembre de 2019 sea lo que más te emocione en el mundo. Y si septiembre de 2018 te emociona tanto como a mí, hazlo brillar y comparte su luz 🙂

¡Nos leemos!

P.d: Estén atentos a sus pantallas porque este miércoles os anunciaré una sorpresa en la que he estado trabajando últimamente y que creo que os gustará

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