Creo que cada día somos un poquito más conscientes de las responsabilidades que tenemos como ciudadanos del mundo. La verdad es que esto me hace muy feliz, sin embargo, defectos de ser humano, no puedo evitar fijarme más en el camino que aún nos queda por recorrer. Son muchas y muy variadas, pero hoy quería hablar de la responsabilidad que viene con el poder que nos otorga Don Dinero.
Como todo buen superhéroe diría, Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, el poder de tener la libertad de gastar nuestro dinero en lo que nos dé la real gana, conlleva la responsabilidad de gastarlo de forma consciente y responsable. Y es que tu dinero es tu voto.
Obviamente no estoy hablando de votar en las elecciones que se hacen cada cuatro años (últimamente pocas veces llegamos a los 4 años xD). De lo que hablo es de que gastando tu dinero en un servicio o producto determinado estamos, consciente o inconscientemente apoyando y perpetuando la existencia de ese servicio o producto y fomentando que este se perpetúe en el tiempo y sea o no exitoso. Esto sin duda, como consumidores, nos da un poder tremendo que no siempre utilizamos de forma responsable.
Como vengo oyendo ya de un tiempo a esta parte a grandes expertos en marketing, las gran mayoría de compras que hacemos son emocionales. Compramos movidos por una emoción para la que después encontramos una justificación lógica. Este es el principal motivo de que no siempre tengamos en cuenta todo lo que implican nuestras compras y si hacemos estas de forma socialmente responsable o no.
Os pondré un ejemplo muy claro. Starbucks. Esta cadena de cafeterías no es precisamente famosa por hacer el mejor café del mundo. Ha sido el punto de mira por bastantes escándalos de evasión de impuestos. Además, por lo que tengo entendido tiene una estrategia devastadora para la competencia de cafeterías locales allí donde quiere abrir un nuevo establecimiento, utilizando medios bastante dudosos éticamente. Sin embargo, es una de las cadenas de cafeterías, si no la más, famosa del mundo. La gente va a Starbucks a hacerse fotos molonas para poner en Instagram, se compra vasos de merchandaising y automáticamente se siente más cool si se sienta en Starbucks a tomar un café. ¿Por qué creéis que pasa esto? Han conseguido que un montón de gente joven identifique emociones de felicidad y éxito con su marca. Pero… ¿qué estamos apoyando dando nuestro dinero a Starbucks en vez de al señor de la cafetería de la esquina? ¿O a otro negocio cualquiera de batidos? Quizá si lo pensásemos un poco más no tendríamos tan claro si nos apetece tanto ese café tan molón.
Con nuestro dinero votamos cada día. Votamos al negocio local y a la sostenibilidad cuando compramos productos de cercanía y de temporada. Votamos a la explotación infantil cuando nos compramos unas zapatillas de deporte de determinada marca. Votamos a la fabricación de ropa en países del tercer mundo en condiciones laborales infrahumanas cuando compramos ropa sin fijarnos en dónde está hecha. Votamos por la protección del medio ambiente cuando compramos a granel o nos negamos a usar bolsas de plástico en la frutería del supermercado. Votamos por la explotación de ganado intensiva la mayoría de las veces que compramos carne. Votamos en contra de los derechos de los trabajadores cuando vamos a una tienda a que nos sirvan y nos expliquen pero luego compramos on-line. Votas cuando compras Apple o compras Samsung, pero también votas cuando compras un móvil de iguales características que vale la mitad. ¿Entendéis por dónde voy, verdad? Todas y cada una de nuestras compras están reafirmando lo que queremos para el mundo. Por eso es tan importante que gastemos nuestro dinero donde estén haciendo que el mundo sea cómo queremos que sea.
Al comenzar noviembre, comienza la cuenta atrás para Navidad, sin duda la época del año en la que más se consume. Tengo intención de hacer alguna entrada más sobre este tema. El consumo consciente y responsable, me parece un tema bastante interesante del que no se habla mucho. Hace un par de años se puso de moda el Minimalismo como estilo de vida. No es eso lo que yo defiendo exactamente. De lo que hablo es de consumir de una forma más consciente, de quitarnos el piloto automático que parece que domina ya casi todos los aspectos de nuestra vida y reflexionar un poco para, como siempre te digo, podamos tomar DECISIONES CONSCIENTES.
Nada más por hoy. Podéis como siempre hacerme llegar vuestras sugerencias sobre qué os apetece leer. Tengo intención de escribir algunas entradas más sobre algunos problemas de consumo concretos como el caso de la moda rápida fast-fashion (que me parece especialmente desconocido teniendo en cuenta lo extendido que está) y también había pensado en hacer un artículo guía sobre qué tener en cuenta para comprar regalos de una forma más consciente. Obviamente, este asunto es bastante personal, ya que lo importante es que cada uno tenga en cuenta sus propios valores, pero a lo mejor a alguien le puede servir mi punto de vista, ya que muchos de los que me leéis compartís conmigo una forma bastante similar de ver el mundo. Contadme qué os parece y si os interesan estos contenidos.
¡Un abrazo, nos leemos!
